Populismos periferiacpg-2019 | Page 76

Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019 Todas las consideraciones éticas en térmi- nos de equidad palidecen ante una con- sideración básica, respecto a la supervi- vencia de la vida humana en el planeta. Al aumentar las diferencias sociales, y al imposibilitarse por consiguiente la demo- cracia, el capitalismo obedece solamente a dinámicas internas, carentes de cual- quier control racional. Cualquier autocon- trol parcial del capitalista individual, o de regiones enteras, es desbancado por el sistema global. El resultado, ya evidente, es la destrucción progresiva del planeta, y la consiguiente inviabilidad de asegurar un porvenir para la vida humana. La teo- ría clásica de las crisis capitalistas debe- ría dar paso a una teoría ecológica de las mismas. El planeta, que ha sido conquis- tado, colonizado, inteligido, civilizado y organizado bajo la égida del capitalismo, no parece viable bajo las condiciones del capitalismo. Si el nacional-populismo no es la solución, el neoliberalismo ni siquiera enfrenta el problema. descolonización, pueden ser “movimien- tos de liberación nacional”, y que por lo tanto serían algo opuesto al capitalismo global. En realidad, lo único que logran por esta vía es convertirse en acólitos del nacional-populismo. A veces se hace un intento de distinguir entre nacionalismos “progresistas” y nacionalismos “conser- vadores”. Y, ciertamente, no todos los na- cionalismos en esta era son iguales, por más que en la actualidad se configuren como variantes del nacional-populismo. Ahora bien, ¿qué es lo que lleva a pen- sar que un nacional-populismo sea más “progresista” que otro? De hecho, la ape- lación a las medidas sociales propias del “estado de bienestar” es algo que tienen en común los nacional-populismos más cercanos al viejo fascismo con las aspi- raciones de las izquierdas post-revolu- cionarias. ¿Dónde poner entonces lo es- pecíficamente “progresista” de algunos “nacional-populismos”? Cuando se bus- ca el progresismo en los viejos discursos antiimperialistas, nos encontramos con que, en el mundo actual, las potencias que respaldan un nacional-populismo u otro ejercen ellas mismas como nacio- nal-populistas, aunque su nacionalismo adquiere caracteres imperiales, y simple- mente puedan ofrecer la sustitución de una metrópoli imperial por otra. Los problemas de la izquierda ¿Quién puede combatir a la bestia? ¿La izquierda? Una izquierda que renunció a la perspectiva global, para favorecer so- luciones “nacionales”, y una izquierda que renunció a la búsqueda de una al- ternativa al capitalismo, no solamente no puede proponer alternativas al sistema global, sino que es una izquierda carente de identidad. A veces, dentro de su pers- pectiva nacional, simplemente se apoya a diferentes nacionalismos, tal vez pen- sando que éstos, como en la época de la A veces se piensa que una posición favo- rable a la integración de los inmigrantes en los países desarrollados y la defen- sa de las reivindicaciones de género es algo que puede servir para considerar a 76