Populismos periferiacpg-2019 | Page 71

Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019 clamando el “socialismo en un solo país”, y creando el esquema básico de las aspi- raciones de la izquierda a lo largo del siglo XX: la conquista del poder político en un estado nacional, y la transformación, con el apoyo de las potencias socialistas, del sistema económico capitalista en un sis- tema alternativo, dirigido desde los pode- res del estado. El esquema parecía ilusio- nar a las poblaciones pobres y oprimidas, y se concretaba por todo el planeta en di- versos “movimientos de liberación nacio- nal”. Sin embargo, allí donde la izquierda “revolucionaria” (en el sentido antedicho) lograba el poder, las masas pronto co- menzaban a mostrar su escaso entusias- mo respecto al nuevo “estado socialista” y a las nuevas formas de dominación. El nuevo mapa político En el libro del Apocalipsis, los partida- rios de la bestia (el imperio romano) pro- claman su poder gritando “¿quién hay como la bestia y quién puede combatir contra ella?” (Ap 13:4). ¿Quién hay que se oponga al imponente capitalismo glo- bal? La antigua izquierda, o lo que que- da de ella, parece estar en una profunda crisis. Una crisis que en gran medida se caracteriza por la pérdida de algunas de sus características fundamentales. Ya en torno a la primera guerra mundial, la en- tonces llamada “socialdemocracia” optó por defender los intereses de cada una de las naciones europeas, renunciando a una perspectiva global. El ala más radi- cal dio lugar a una nueva “internacional”, la tercera, que habría de mantener la pu- reza de los ideales originarios: la sustitu- ción global del capitalismo por un sistema económico superior. Evidentemente, estas estrategias eran esencialmente limitadas: el sistema econó- mico es global, y una transformación me- ramente estatal del mismo abocaba a los países “socialistas” a una inevitable com- petencia con el capitalismo en unos mer- cados cada vez más globales. Finalmente, la crisis del imperio soviético asestó un gol- pe definitivo al esquema nacional-estatal, compartido por la socialdemocracia y por el estalinismo, y también por sus diversos continuadores. La idea de un sistema eco- nómico alternativo al capitalismo quedó prácticamente olvidada en la agenda de una izquierda que ya antes había olvida- do la idea de una transformación mundial. Los partidarios de lo que a veces se llamó un “socialismo del siglo XXI” no diseñaron jamás un sistema económico distinto, sino que se limitaron a introducir algunos cam- J. Arcenillas, Sleepers El triunfo de la revolución soviética pare- ció por un momento alentar este sueño. Sin embargo, las ilusiones duraron poco tiempo: Stalin triunfó sobre Trotsky pro- 71