Perifèria
CristianismePostmodernitatGlobalització
Nacional-populismos y capitalismo global
Antonio González
La situación de lo que se solía entender
por “izquierda” no deja de ser enorme-
mente paradójica en una era caracteriza-
da por la globalización. Por una parte, los
análisis clásicos del marxismo predecían,
como muchos otros, la extensión global
del capitalismo, destructor de todos los lí-
mites impuestos por las viejas tradiciones
culturales y religiosas de la humanidad,
y constructor inexorable de un mercado
mundial, al que nadie podría escapar. De
hecho, este proceso de culminación de la
expansión capitalista era entendido, por
los clásicos de la izquierda, como la ante-
sala “natural” a la superación de tal siste-
ma económico. 1
expresión, los súbditos del “comunismo”
producen los más prósperos capitalistas,
dispuestos a comprar un mundo que se
rinde a sus pies.
En este contexto, la defensa de los viejos
“estados de bienestar”, nacidos del pro-
testantismo, de la socialdemocracia, y de
la guerra fría, y caracterizadores en gran
medida de las identidades europeas con-
temporáneas, parece encontrarse ante
un muro insuperable. ¿Cómo defender las
viejas “conquistas” (o donativos) sociales
en un mercado global? La extensión glo-
bal de los lazos económicos parece fa-
vorecer, al menos a largo plazo, la impo-
sición de quienes pueden producir más
barato, libres de todas las cargas sociales
de los viejos capitalistas occidentales. En
la era de la globalización, el mundo en al-
guna manera se “chiniza”, pues la erosión
continua de derechos sociales, políticos,
y económicos parece ser la única manera
de participar de una manera eficiente en
la competencia global.
Ahora bien, por otra parte, el capitalismo
global parece contar con una nueva po-
tencia emergente, que no es otra que un
presunto estado socialista, o comunista:
la República Popular China. No se trata
de profetizar sobre cuál sea la próxima
potencia dominante. Otros como Rusia, la
India, o Brasil, están en la misma carrera.
Basta con constatar que, en un mercado
global, aquellos que producen de mane-
ra más eficiente, desbancan a todos los
competidores. Quienes pueden exhibir
mayores tasas de explotación tenderán
a imponerse. Desprovistos de sindicatos
libres, de partidos políticos, de libertad de
1 Cf. K. Marx, Das Kapital, vol. I, MEW, vol. 23,
Berlin, 1993, pp. 11-17.
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