Populismos periferiacpg-2019 | Page 65

Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019 El proteccionismo económico, la promesa de seguridad ante los enemigos interiores y exteriores, y la retrotopía de la restau- ración de una comunidad nacional fuerte son los ingredientes del menú político po- pulista. No es de extrañar que muchos se sientan atraídos por él. llones de inmigrantes jóvenes y ya forma- dos. Bauman denuncia la adiaforización del inmigrante que suponen las políticas populistas: lo despojan de su humanidad, ya no lo ven como objeto moral ni creen que lo que se pueda hacer con él me- rezca alguna valoración moral (Bauman, 2016, pág. 36). Hoy ya sabemos que el populismo com- bina un proteccionismo contraproducen- te y con un liberalismo radical en el interior del país que enriquece más a las clases privilegiadas. Pensamos que la alternati- va a la “globalización negativa” no vendrá del proteccionismo, del liberalismo radi- cal o del nacionalismo económico, sino de una “globalización positiva” que orde- ne el mercado global de las finanzas y el comercio de acuerdo con reglas justas y principios ecológicos, y que democratice la sociedad mundial dotándola de institu- ciones que busquen soluciones globales a problemas globales. Y, en fin, sabemos que el nacionalismo mí- tico y exacerbado de los nuevos populis- mos desvanece el sentimiento de fraterni- dad humana y atiza la insolidaridad hacia la mayoría de las víctimas de las políticas neoliberales, que se encuentran sobre todo en los países empobrecidos. Además, los nuevos populismos de Occidente apuntan contra un enemigo común: la Unión Europea, un proyecto democrático de paz y libre comercio que reúne, con todas las dificultades y defectos que se quieran, a más de 500 millones de personas de 28 países en el escenario de dos Guerras Mundiales devastadoras. Sabemos también que la política populis- ta de seguridad exterior incentiva el gasto militar y la de seguridad interior fomenta la marginación del inmigrante, la xenofobia, el racismo y, finalmente, el supremacis- mo y el terrorismo blancos. El populismo ignora deliberadamente la historia de las migraciones humanas, niega los vínculos reales entre las poblaciones que habitan el planeta, parece que aspira a una socie- dad de castas impermeables y no quiere reconocer la aportación de los emigran- tes a las sociedades de acogida, ni que el envejecimiento de los países más desa- rrollados hará deseable la llegada de mi- Veremos cuál es la respuesta del electo- rado de Estados Unidos y de otros paí- ses con gobiernos populistas ante los resultados de las políticas populistas ya implementadas. Los problemas a los que dice responder el populismo son graves y supuran en la vida de muchísima gente y muchos confían en sus líderes. Le de- beríamos oponer no tan sólo declaracio- nes de principios, sino políticas econó- micas centradas en las necesidades de los ciudadanos y no exclusivamente en los beneficios de los accionistas, políti- cas comerciales que propicien intercam- 65