Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019
perable a la incertidumbre existencial a la
que han dado lugar la nueva fragilidad y la
fluidez de los vínculos sociales” (Bauman,
2000, pos. Kindle 2437).
De manera paradigmática, Trump, en sus
diatribas en Twitter del pasado julio con-
tra cuatro congresistas no blancas, une el
rechazo racista del “otro” y el desprecio
de sus países de origen: “Qué interesante
ver a las congresistas demócratas ‘pro-
gresistas’, que proceden de países cuyos
Gobiernos son una completa y total ca-
tástrofe, y los peores, los más corruptos e
ineptos del mundo (ni siquiera funcionan),
decir en voz alta y con desprecio al pueblo
de Estados Unidos, la nación más gran-
de y poderosa sobre la Tierra, cómo llevar
el Gobierno. ¿Por qué no vuelven a sus
países y ayudan a arreglar esos lugares,
que están totalmente rotos e infectados
de crímenes? Entonces que vuelvan aquí
y nos digan cómo se hace”.
J. Arcenillas, Sleepers
ción es la obsesión del populismo, que
vincula esencialmente oleadas migrato-
rias y globalización. Así lo expresaba Ma-
rin Le Pen en su discurso del pasado 1 de
mayo: “Este movimiento de competencia
global globalizada ha sido acompañado
de una inmigración masiva para reducir
los salarios y las protecciones sociales en
nombre de la competitividad. El resulta-
do es una economía colapsada y clases
pequeñas y medianas laminadas, dejan-
do a nuestros hijos solo la perspectiva
del desempleo masivo, la precariedad, el
colapso de nuestros servicios públicos, la
inseguridad social y la incertidumbre ante
el futuro” (Le Pen, 2019).
Una vez los “otros” son señalados, hay
que buscar las pruebas que justifican tal
rechazo, y no al revés. “En cuanto se es-
tipula la división entre ‘nosotros’ y ‘ellos’
conforme a tales reglas, el propósito de
cualquier encuentro entre los antago-
nistas deja de ser la atenuación del an-
tagonismo: de lo que se trata a partir de
entonces es de adquirir/crear más prue-
bas si cabe de que tal atenuación es con-
traria a la razón y está totalmente fuera
de lugar” (Bauman, 2017, pos. Kindle
833). A los inmigrantes se les atribuyen
todos los males: la presión a la baja de
los salarios, la ocupación de puestos de
Para el populismo, la respuesta a todo
esto es obvia: la híper-regulación de la
inmigración o directamente el rechazo, la
exclusión o la exigencia del retorno a sus
países de origen de los migrantes ilegales
y de los refugiados. “Los esfuerzos por
mantener a distancia al “otro”, el diferente,
el extraño, el extranjero –reflexiona Bau-
man–, la decisión de excluir la necesidad
de comunicación, negociación y compro-
miso mutuo, no sólo son concebibles,
sino que aparecen como la respuesta es-
59