Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019
bre temas de comercio, impuestos, inmi-
gración, asuntos exteriores, se tomará en
beneficio de los trabajadores y las familias
americanas” (Trump, 2017).
garantiza una vida digna ni da demasiada
seguridad. Mucha gente no sabe hasta
cuando le durará su trabajo o si lo conser-
vará dentro de unos meses, si le subirán
el sueldo, si podrá pagar la hipoteca o el
alquiler, si sus hijos jóvenes trabajarán y
se emanciparán, o si sus empleos y sus
negocios serán externalizados a China o
a la India, o los ocuparán inmigrantes dis-
puestos a trabajar 12 horas diarias.
A nadie le puede extrañar que mensa-
jes de este estilo encuentren audiencia
entre la población que directa o indirec-
tamente sufre los efectos de la globali-
zación negativa.
En realidad, esta precariedad en que
vive la población trabajadora persigue
la finalidad de hacerla dócil, que acep-
te cualquier contrato, cualquier sueldo o
encargo, sin protestas: “El trabajo verda-
deramente “flexible” –dice Bauman– sólo
se concibe si los empleados actuales y
del futuro próximo pierden sus arraigados
hábitos de trabajar todos los días, por tur-
nos, en un lugar con los mismos compa-
ñeros de labor; si no se habitúan a trabajo
alguno y, sobre todo, si se abstienen (o
si se ven impedidos) de desarrollar acti-
tudes vocacionales hacia el trabajo actual
y abandonan esa tendencia enfermiza a
hacerse fantasías acerca de los derechos
y las responsabilidades de la patronal”
(Bauman , 1999, pos. Kindle 1940).
J. Arcenillas, Sleepers
b) La vida en precario
La imposición a ultranza de la flexibilidad
laboral se traduce en precariedad, in-
certidumbre, inseguridad y miedo en los
trabajadores. Los asalariados, los em-
prendedores, las clases medias, incluso
aquellos que no han sufrido directamente
los efectos de la crisis, están inquietos:
ven que su formación se queda obsoleta
debido a los constantes cambios tecno-
lógicos, la robotización les resta oportu-
nidades, las empresas se reestructuran
continuamente, los sueldos son bajos,
el ahorro es menor, la vivienda es cara,
la protección estatal disminuye, las pers-
pectivas son inciertas. Tener trabajo ya no
Son bien conocidos los mecanismos psi-
cológicos que se disparan en aquellos
que sufren una situación de incertidum-
bre e inseguridad: victimización, mal hu-
mor, hipersensibilidad, miedo y agresivi-
dad, “una agresividad engendrada por la
insoportable sensación de humillación y
menoscabo, o por el Igualmente inaguan-
table terror a la degradación y la exclusión
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