Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019
El poder económico se ha vuelto extra-
territorial, es nómada, se mueve a toda
velocidad por todo el planeta, de un nodo
comercial o financiero a otro; aprovecha
internet como recurso para la gestión de
sus activos en todas partes a través de
una red mundial física y virtual por donde
fluyen los negocios, las inversiones, los
activos financieros, la información y las
decisiones económicas y comerciales.
“En la actualidad –dice Bauman–, el ca-
pital viaja liviano, con equipaje de mano,
un simple portafolio, un teléfono móvil y
una computadora portátil. Puede hacer
escala en casi cualquier parte, y en ningu-
na se demora más tiempo del necesario”
(Bauman, 2000, pos. Kindle 1926). Esta
facilidad de movimientos del capital y el
comercio va de la mano del consumismo
sin límites, porque nos facilita el acceso a
productos de cualquier lugar del mundo a
precios bajos.
vida en su conjunto” (Bauman, 1999, pos.
Kindle 175). Sin embargo, a diferencia de
los trabajadores, que no van donde quie-
ren, el trabajo como actividad productiva
no queda fijado en ningún territorio en par-
ticular. No cuesta nada trasladar el cultivo
de un producto a otro sitio donde resulte
más barato o mover una fábrica a la otra
punta del mundo a la búsqueda de sala-
rios más bajos, costes sociales reducidos
y un gobierno que “facilite” las inversiones
con una menor carga impositiva. El esce-
nario donde todo esto se produce es el
“mundo global”.
Mientras los capitales y sus gestores
campan por el mundo sin impedimentos,
los trabajadores aún se mantienen muy
mayoritariamente ligados a un territorio.
“El Trabajo [en referencia als treballadors]
sigue tan inmovilizado como en el pasa-
do, pero el lugar al que antes estaba fija-
do ha perdido solidez; buscando en vano
un fondo firme, las anclas caen todo el
tiempo sobre la arena que no las retiene”
(Bauman, 2000, pos. Kindle 1926). El di-
nero se mueve rápidamente hacia donde
sea necesario, pero los trabajadores se
quedan donde están: hay una muy cla-
ra “asimetría entre la naturaleza extrate-
rritorial del poder y la territorialidad de la
J. Arcenillas, Sleepers
Así pues, la “globalización” consumada
al final del siglo XX ha hecho posible la
movilidad sin límites temporales o espa-
ciales del capital y ha debilitado los vín-
culos territoriales del trabajo, mientras los
trabajadores, muy mayoritariamente, no
se mueven de su lugar. La velocidad de
movimientos determina una nueva dis-
tribución del poder: “Las personas que
se mueven y actúan más rápido, las que
más se acercan a la instantaneidad de
movimiento, son ahora las personas do-
minantes. Y las personas que no pueden
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