Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019
donde llegan los inmigrantes y las ban-
das urbanas, las mafias o los terroris-
tas que se vinculan con ellos. El Islam,
para los nuevos populismos de derecha,
representa la alteridad mayúscula: es
una “civilización” antagónica (Hunting-
ton), habita entre nosotros cuestionando
nuestra identidad y, para colmo, nos ha
declarado la guerra (Al Qaeda, Estado
islámico, Hezbolá, Irán ....). Los nuevos
populismos dan alas a la xenofobia, al
racismo y al supremacismo blanco e in-
cluso al terrorismo racista blanco, como
está pasando en Estados Unidos.
las primeras 100 personas que aparez-
can en un mitin de Vox en España o uno
de los 100 políticos de mayor nivel, me
quedo con los primeros. Tendrá un país
gestionado de forma más correcta, efi-
ciente y por gente que entiende la natu-
raleza humana”. Y concluye Bannon: “La
crisis trajo el populismo, definitivamente,
porque las élites no tienen soluciones”
(Verdú, 2019).
3) Ligado a lo anterior, cabe destacar la
simplificación populista de los problemas
sociales y la correspondiente simplifica-
ción de las propuestas para resolverlos.
Así veía Trump la situación de su país: “Lle-
vamos muchas décadas enriqueciendo
a la industria extranjera a expensas de
la industria americana. Financiando los
ejércitos de otros países mientras per-
mitíamos el triste desgaste de Nuestro
Ejército. Hemos defendido las fronteras
de otros países mientras nos negábamos
a defender las nuestras. Y hemos gas-
tado billones de dólares en el extranjero
mientras las infraestructuras nacionales
caían en el deterioro y el abandono. He-
mos enriquecido a otros países mientras
la riqueza, la fortaleza y la confianza de
nuestro país desaparecían tras el horizon-
te” (Trump, 2017). Se alimenta la creencia
de que hay una solución nacional, indi-
vidual, a todos los problemas, incluidos
los problemas económicos, migratorios o
ambientales globales que en realidad sólo
tienen soluciones globales, multilaterales.
En los programas populistas abundan los
diagnósticos superficiales y a menudo
falsos que motivan propuestas inteligibles
Pero el pueblo sufre también por la trai-
ción de sus enemigos interiores: “las éli-
tes”, “los de arriba”. Se trata de las élites
económicas globalizadas, “la clase políti-
ca tradicional”, los partidos políticos que
se han alternado en el poder confabu-
lados con los poderes económicos, sus
medios de comunicación afines, y los tec-
nócratas y asesores que justifican “cien-
tíficamente” las políticas globalizadoras
y multiculturalistas. “No vamos a seguir
aceptando a políticos que hablan mucho
pero no hacen nada –decía Trump–, que
se quejan sin cesar pero nunca hacen
nada al respecto. Las palabras huecas
son cosa del pasado. Ha llegado la hora
de actuar. Que nadie os diga que no es
posible” (Trump, 2017).
El gurú-ideólogo de los nuevos populis-
mos de extrema derecha, Steve Bannon,
sostiene que: “Necesitamos más cama-
reros y menos abogados (...); si me deja
elegir entre que me gobierne alguna de
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