Populismos periferiacpg-2019 | Page 106

Perifèria CristianismePostmodernitatGlobalització Populismo e identidad. El concepto de identidad des de la perspectiva sociopolítica. Tomás Guillén Vera Vivimos en un mundo interconectado y globalizado, y en democracia en una par- te significativa de un mundo alejado de la idea romántica de una identidad per- manente o estática. Las personas y los grupos sociales nos identificamos con elementos como el idioma, aunque el nuestro escasamente nos sirva para en- tendernos en este mundo globalizado y nos veamos obligados a estudiar otras lenguas; con costumbres influidas por las redes sociales y por el conocimiento de otros pueblos, o con un territorio com- partido cada vez con más personas de procedencias diversas. Si la vida en so- ciedad es dinámica y cambiante, aquello con lo que nos identificamos, desde pers- pectiva sociopolítica, nunca ha sido algo estático, y ahora lo es menos todavía: la democracia es un sistema fundamentado en valores como respeto, libertad, igual- dad y justicia, que obligan a colocar la mirada en un horizonte siempre ideal y exigen trabajar por mejorar la sociedad; pero el punto fijo con el que sueña un nacionalista no deja de ser un punto en movimiento que genera fuerzas distintas y complementarias: un movimiento cen- trípeto, por el que ese centro está perma- nentemente influido por todo lo demás (la economía y la política globalizadas, la migración, el turismo, los medios de infor- mación y comunicación o las redes socia- les), y un movimiento centrífugo que nos impulsa a influir en todo lo demás, porque formamos parte de un mundo globaliza- do, migramos, viajamos, y utilizamos las redes sociales y los medios de informa- ción y comunicación. El presente y el fu- turo de ningún país ni de ningún grupo social se derivan de una interpretación de la historia, concebida como un todo impermeable cerrado sobre sí mismo. La historia de los pueblos se conforma, entre otros factores, por sus relaciones multidi- reccionales y por las vidas, las vivencias y el devenir de los propios ciudadanos, algo en constante fluctuación y cambio. De aquí procede la riqueza de la que se ha disfrutado en cada momento de la his- toria. Una mirada deificada de la historia propia conduciría a la construcción de un pueblo aislado y, por consiguiente, sin fu- turo. Sin embargo, en la sociedad abierta que queremos construir, existen y crecen concepciones de la realidad que se opo- 106