PLATERO Y YO platero-y-yo-juan-ramon-jimenez | Page 26
NIÑA.-
Mirad esa rosa, tiene dentro otra rosa de agua y al sacudirla,
¿veis? se le cae la nueva flor brillante y se queda mustia y triste.
El agua debe ser tan alegre como el sol. Mira, si no, como corren
felices los niños bajo ella.
(Juegan y cantan los niños)
NIÑO.-
(Llueve y llueve. Moguer gris se ha quedado solo. Llueve).
NIÑA.- ¡Petronila, qué alegría, que alegría, cómo llueve!
NIÑO.- Ven corriendo, Petronila, que mi hermana quiere verte y nos
sacará mi madre muchas cosas si tú vienes.
NIÑA.- Nos iremos al descanso de la escalera; anda, vente, y allí te veré
tu cara redonda en la bola verde.
NIÑO.- Y bajaremos montados por las barandas lucientes como en caba-
llos del río. Tú mi reina y yo tu rey.
NIÑA.» ¡Ven corriendo, Petronila!
NIÑO.- ¡Da una carrera y te vienes!.
NIÑA.- Llueve y llueve. Mi Moguer desierto, fresco, alegre.
NIÑO.- Llueve... llueve... ¡Hoy no irás al campo, Platero. Es día de con-
templaciones!
Mira como se limpian las acacias, negras ya, y un poco doradas
todavía...
NIÑA.-
NIÑO.- Mira como navega por la cuneta nuestro barquito parado ayer
entre la hierba.
NIÑA.- Mira ahora, en este sol débil, qué bello el arco iris que sale de la
Iglesia y muere a nuestro lado...
(Los niños suben y bajan la escalera del aljibe).
JOVEN.- Mira, Platero, el aljibe está lleno.
JOVEN.- Tú no has bajado nunca al aljibe, Platero. Yo, sí: bajé cuando lo
vaciaron el año pasado. Tiene una galería larga y luego un cuarto
pequeñito.
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