El sistema educativo, a su vez, demanda educación de calidad desde las diferentes áreas
del conocimiento que forman parte del plan de estudios, y desde las prácticas pedagógicas necesarias para lograr dichas competencias. Quizás sea la única demanda que se termina concretando en una serie de estándares y evaluaciones que miden la calidad.
La administración de los centros educativos se apoya en la planificación educativa, la
cual podría definirse como:
“Proceso metodológico, coherente, diseñado y analítico que involucra la aplicación y
coordinación de métodos de investigación social, de principios y técnicas de educación,
administración, economía y finanzas con la participación y apoyo de las personas en general en la educación; con objetivos precisos en etapas definidas y que da a los participantes de ese proceso la oportunidad de desarrollar su capacidad y de realizar una contribución más eficaz para el proceso social, cultural y económico del país” (Educando,
2008)
La importancia de planificar en educación es que la acción misma de planificar se vuelve
un arte fundamental en la práctica docente, porque de esta depende el éxito de la labor
docente y más aún, que el aprendizaje que se brinda cumpla con estándares de calidad,
el planificar permite unir la teoría con la práctica didáctica y pedagógica.
En ocasiones se toma a la ligera la tarea de planificar aspectos de la educación, no se trata de una labor únicamente para ser elaborada por el director del centro educativo como
administrador, o bien, el requisito mecánico de todo docente antes de impartir una lección, no se trata de cumplir simplemente con requisitos.
La planificación de la educación, ya sea a nivel administrativo o de aula, es una tarea fundamental, ya que permite unir las diversas teorías con las prácticas respectivas, lo que
permite comprender de forma coherente qué es lo que se desea lograr a nivel de aula,
de institución y región, según las políticas educativas vigentes.
De lo contrario, el riego sería que los involucrados en los procesos terminen por recibir
experiencias aisladas, cuyos resultados serán poco relacionados o la suma de una serie
de aprendizajes o acciones, sin un debido proceso.
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