Pilar Sordo Pilar Sordo | Page 4

Aunque tengamos dinero, no es necesario comprar todo lo que piden nuestros hijos. Si ya tienen 3 pares de zapatillas, ¿para qué otro par?

El exceso de tecnología hace que disminuyan las habilidades sociales y que se converse muncho menos. Las pantallas no dan todas las respuestas. Está bueno que el chico tenga la obligación de integrar lo que aprendió con sus actitudes.

¿Cómo hacer que los chicos expresen sus ideas? “Con una buena comunicación cotidiana, no estando frente a la televisión todo el día, apagando los celulares en la mesa, mirándose a los ojos cuando conversan y no estar bajando la mirada para chequear los mails: a eso yo le llamo “síndrome de las cabezas gachas”. Cuando hay comunicación real, cuando deja¬mos de venerar al “dios Pantalla” a través de computadoras, televisores y celulares, los chicos se abren”.

Como padres tenemos que regular la tecnología en casa. Nos levantamos y lo primero que hacemos es encender el televisor, y nos acostamos con los celulares en la cama, sin mirarnos a los ojos con la persona que está a nuestro lado. ¡Nuestros hijos ven esto! Revisar nuestro manejo de la tecnología en casa es, por ejemplo, que cuando nos sentemos a cenar a la mesa los celulares nos vengan con nosotros. Así podremos desarrollar conversaciones.

Nuestros hijos todo lo escriben, no saben decirlo. El alcohol les permite expresar lo que de otra manera no dirían. Los hace reírse y compartir con amigos características que sobrios no serían capaces de desarrollar.

Por otro lado, ¿qué sabemos de nuestros hijos? Las tres preguntas que hacemos siempre:

- ¿Cómo estás? Van a contestar “Bien” o “Mal”.

- ¿Cómo te fue? Responden “Bien” o “Mal”.

- ¿Tenés tarea, tenés que estudiar? Van a decir “Sí” o “No”.

¿Cómo vamos a pasar de estas preguntas a hablar de sexualidad, drogas, cigarrillo, alcohol u otros temas de la vida? Nos preocupamos por dar buenas respuestas, pero hay que saber hacer “buenas preguntas” para conocer el mundo interior y exterior de nuestros hijos.

Revisemos cuando comunicamos; les decimos “Sos egoísta”, que no es lo mismo que decir “Aprendé a ser generoso”. ¡Hay que decir desde lo positivo!

4

En las investigaciones que la psicóloga chilena realizó, la frase que más se escucha de los niños es: “No quiero crecer” y la frase que más escuchan de los padres es “Estamos Cansados”.

Otro relato de un niño en una sesión: “Mi papá trabaja en una oficina espectacular con una vista genial a la ciudad, pero está con mala cara; después se sube al auto que soñó tener toda su vida pero sigue con mala cara, y luego llega a casa con mala cara y ¡agarra el control remoto con mala cara!” Ese niño terminó su sesión diciendo: “Yo no quiero hacer lo que hace mi papá”.

Pilar agregó, ¿Qué dicen los niños que tienen en cuenta? Primero, ”Lo que ven que hacemos los padres”, segundo, “Lo que dicen los otros” y por último, “Lo que decimos los padres”.

¿Qué transmitimos? ¿Qué ven nuestros hijos de nuestras vidas? ¿Damos lo mejor de nosotros en el día a las personas que amamos?

“La conclusión de la investigación de mi libro es que los niños no quieren crecer porque los adultos damos un testimonio horroroso sobre lo que eso significa.