Philosophically Speaking: Annals of the International Philosophy Grou Philosophical-Annals-I-2016 | Page 13

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comercio y todo lo demás. Ningún dios aparece antes de darse un fenómeno o un hecho
general. Si hoy imperase la religión, se haría, abierta y reconocidamente, un dios de la
informática o de los robots.
Mucho más revelador es el surgimiento del monoteísmo, que demuestra cómo de
creación puramente humana es dios. No debemos ignorar que en el propio politeísmo unos
dioses empezaron a ser más fuertes y poderosos que otros, según la escala jerárquica
concebida por los propios humanos. En algunas sociedades el dios de la guerra era más fuerte
que el de la forja, por ejemplo. Con el tiempo, no tardó en aparecer el dios más fuerte de
todos, que era el líder de los demás: Zeus o Júpiter en la religión grecorromana; Amón-Ra o
propiamente Ra en la religión egipcia, Ahura Mazda en el zoroastrismo. En algunos casos,
como la religión china o el sintoísmo, no hay un di os principal, siendo en el primer caso un
grupo principal, y en el segundo caso prácticamente ninguno, salvo las menciones de los
primeros creadores. El caso es que en general sí fue surgiendo unos dioses más importantes,
que darán lugar, más tarde, al monoteísmo. Es revelador, por ejemplo, el caso de Akenatón en
Egipto, y cómo se vuelve posteriormente al politeísmo.
Las condiciones del monoteísmo son muy claras: la necesidad de un Poder central; la
idealización de la autoridad y la supremacía; la negación de la diferencia; la necesidad de la
homogeneización de la sociedad para un control más armónico. Es así cómo se intenta en
Egipto, sin mucho éxito. Pero triunfa especialmente entre los un pequeño pueblo: el judío.
Acosados por enormes y poderosos imperios, derrotado con cierta frecuencia, triunfador sobre
otros pequeños pueblos; el pueblo hebreo necesitaba una enorme cohesión social, que se veía
dificultada por la existencia de diversos cultos interiormente, muchos de ellos, provenientes
de imperios extranjeros más poderosos, lo cual resultaba una amenaza para la independencia
del pequeño Estado y su casta sacerdotal. Es así cómo en tiempos de Josías se hace una
reforma religiosa que establece un texto sagrado, una invención de su historia como pueblo, y
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