Personajes legendarios del género de terror | Page 55

50 CAPÍTULO 4. FANTASMA o se mueven, se ven sombras, suenan ruidos inexplicables y hay violentos descensos de temperatura... En 1985 se convirtió en la Diputación de Granada, motivo por el cual se empezaron a divulgarse en los periódicos, por parte de funcionarios asustados, los habituales fenómenos de poltergeist del lugar. Cuanto más se estudiaba la historia del lugar, más hechos malditos y luctuosos se descubrían; una extraña sensación hace a la gente desear salir del edificio. El lugar es uno de los más estudiados por la parapsicología española. • La Casa de las Siete Chimeneas de Madrid cuenta con el fantasma de una joven desposada que murió de pena cuando su marido, un joven capitán, murió en la Batalla de San Quintín (1810); en ese mismo lugar se suicidó su padre ahorcándose en una de las vigas de la mansión. Se dice que la joven era amante del rey y éste envió a su marido a la batalla para que muriera, y también que el padre emparedó a la hija para ocultar un incesto; el caso es que se aparecía una dama blanca con antorcha dándose golpes en el pecho algunas noches en el tejado y tras el toque de ánimas. También se habla de una muchacha casada con un viejo rico que fue asesinada a puñaladas en su sótano, encontrándose esparcidas sus arras. • En la calle Monasterio de Madrid hubo una tienda anticuaria, El Baúl del Monje, que se asienta en una casa donde pereció anteriormente un abogado en un violento incendio. Cuando se emprendieron obras de reforma en 1998 aconteció uno de los poltergeist más violentos que se han documentado en España: lámparas que se movían, desplazamientos y choques de objetos y estatuas, portazos, ruidos, muebles que se colocaban en el pasillo para impedir el paso, manecillas de reloj que se movían a toda velocidad, e incluso el extrañísimo y raro fenómeno de los aportes, esto es, en parapsicología, materializaciones de objetos, en este caso monedas fuera de circulación, botones, esquirlas de vidrio y trozos de madera quemada que caían del techo a toda velocidad. Asimismo, distorsiones electromagnéticas tales que incluso anulaban el campo magnético terrestre para acercarlo a cero. • Acaso el primer caso de poltergeist en España documentado fue en 1724, cuando el médico y escritor Diego de Torres Villarroel acudió llamado por la Condesa de Arcos a su casa, situada en la calle Fuencarral, para ser testigo de un fenómeno paranormal. El mismo escribió en su Vida: “Puedo asegurar que quince noches me tuvo en vela y desasosegado un ruido horroroso que oí en una casa en Madrid [...] tan fuera del orden natural, como derribarse los cuadros, sin caer el clavo ni la argolla, abrirse las puertas estando cerradas con llaves y cerrojos, rodar la plata sin romperse...” Toda la servidumbre se había encerrado a dormir en el amplio salón, del miedo que sufrían ante los fenómenos, consistentes en repetidos golpes y movimientos de objetos, y el propio poeta contempló la caída de varios cuadros en una habitación. No pudo averiguar el origen de esos ruidos, aunque sí tuvo claro que no se trataba de una broma. • El llamado Duende de Zaragoza se manifestó por vez primera a las seis y media de la mañana del 27 de septiembre de 1934 en el número 2 de la calle zaragozana Gascón de Gotor, en una casa vecinal donde hoy se encuentra un bloque de pisos que en su memoria se llama Edificio Duende, y el fenómeno duró unos tres meses, hasta fines de diciembre de 1934, atrayendo la atención internacional; la voz se despidió amenazando de muerte a todo el edificio. Todo empezó cuando sonaron unas estruendosas carcajadas en uno de los rellanos de la escalera; luego se manifestó una voz (al principio afeminada, luego varonil; las diferencias según el testimonio sugieren que tal vez fuesen voces diferentes) que salió de uno de los quemadores de la cocina de la familia Palazón el 15 de noviembre, quejándose ay a la criada Pascuala Alcocer en tono de voz lejano, y profiriendo también carcajadas e insultos menores, o dirigiéndose a la ama de la casa, María, ven. La entidad era de la clase de las interactivas, sostenía conversaciones y conocía cuanto pasaba en el cuarto (si la luz estaba encendida o apagada, podía contar la gente que había en el cuarto, medir con exactitud objetos exteriores e interiores del edificio y responder a preguntas); su acento era socarrón; la familia Palazón abandonó el piso asustada y lo ocupó otra familia, los Grijalva; el duende siguió manifestándose, y hablaba con más facilidad cuando se dirigían a él sus conocidos y especialmente el niño de la casa, Arturo Grijalva Torre. Se descartó que fuera un fenómeno de ventriloquía inconsciente provocada por la histeria de la criada, porque el fenómeno se producía también en su ausencia, y el juez Pablo de Pablos mandó desarmar la cocina, inspeccionar las tuberías y aislar el lugar, sin encontrar nada positivo. Dictaminó pues que se trataba de un caso parapsicológico. Un nuevo Juez, Luis Fernando, aplicó la censura al caso echando la culpa a la criada adolescente. El sumario ha desaparecido. El duende no estaba contento con esa curiosidad, y de vez en cuando decía “ya estoy aquí, cobardes, cobardes”. El diálogo más citado es este: -Policía: ¿Quién eres? ¿Por qué haces esto? ¿Lo haces por dinero?. -Voz: No.