Personajes legendarios del género de terror | Page 42
4.12. EXISTENCIA DE LOS FANTASMAS
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satisfactoria.
Algunos intentos no escépticos de resolver racionalmente estos fenómenos han sido formulados por físicos como
Roger Penrose, quienes creen posible la transmisión de
información nerviosa mediante corrientes cuánticas a nivel subatómico que pueden ser amplificadas mediante los
microtúbulos existentes en las neuronas; además, la insólita lógica cuántica permite distorsiones temporales que
pueden causar la duplicación del presente o bilocación,
y esto explicaría muchos de los fenómenos paranormales de transmisión de información, como expone en su
Las sombras de la mente: hacia una compresión científica de la consciencia (Barcelona: Editorial Crítica, 1996).
Explicaciones científicas concurrentes han sido formuladas por Stuart Hameroff o recogidas empíricamente por
Raymond Moody.
Houdini demuestra cómo un fotógrafo puede producir fraudulentamente “fotografías de espíritus” que documenten la aparición e interacción social con individuos fallecidos[7]
habla de psicofonías o grabaciones sonoras en las que supuestamente se oye la voz o los movimientos de algún
difunto, o de psicoimágenes, imágenes estáticas o en movimiento en las que presuntamente puede distinguirse alguna presencia fantasmal.
Sin embargo, quienes pretenden justificar la existencia de
otro mundo y la posible comunicación con el mismo deben justificar primero por qué casi todas las manifestaciones espirituales suelen reducirse a manifestaciones psicológicas de engaño o autoengaño, o fraudes, como con
devastadora frecuencia han demostrado ilusionistas expertos como Harry Houdini, James Randi o Criss Angel,
quienes saben desde luego que lo que ocurre en nuestra
mente es de factura mucho más simple que lo que ocurre
en la realidad fuera de ella. Algunos tipos de alucinación,
como la hipnopómpica o la hipnagógica, la parálisis del
sueño, los síntomas de una esquizofrenia o determinados tipos de epilepsia no diagnosticadas, el fenómeno del
sueño lúcido o falso despertar, la pareidolia, la apofenia,
el uso de drogas enteógenas y sustancias psicotrópicas que
creen falsos recuerdos, los fuegos fatuos pueden explicar
la mayoría de los casos, por no hablar del espíritu lúdico
de las bromas y los citados, groseros y mezquinos intereses económicos, que pueden apoyar, magnificar y converger sobre las anteriores explicaciones, que se acumulan sobre la necesidad de religión y de fe ultraterrena, un
meme antropológico desarrollado en el ser humano por
la selección natural como ventaja para la supervivencia
gregaria.
Esto no basta para desanimar, sin embargo, a quienes
creen en alguna manifestación divina o macabra que es
una liberación de energía del cuerpo, esto es, una “evolución” de esta vida terrenal hacia otra en un mundo ultraterreno, y hay caos desconcertantes de clarividencia y
percepción extrasensorial que aún aguardan explicación
4.12 Existencia de los fantasmas
El mago y psicólogo Richard Wiseman y sus colaboradores investigaron casas encantadas en 2003 con sujetos
bajo condiciones controladas y concluyeron que la reputación de esos lugares juega un papel relevante en la producción de las experiencias y la existencia de ciertos tipos
de campos electromagnéticos puede influir sobre algunas
variables psicológicas, como también el paso de estancias
bien iluminadas a otras oscuras puede provocar percepciones habituales en situación de privación sensorial. En
general, las casas no prueban la existencia de fantasmas,
sino cómo cierta gente responde a situaciones triviales bajo el influjo de la publicidad y la predisposición.[8]
4.13 Fantasmas célebres
Algunas historias de fantasmas parecen ser leyendas
urbanas universales, como la de La Dama Blanca o
autoestopista fantasma. De todas formas, el carácter huidizo de estos fenómenos parece indicar que los fantasmas
tienen más miedo de las personas que (algunas) personas
de los fantasmas.
4.13.1 En India
Según el Garudá-purana (h. siglo VI), un libro perteneciente a la tradición hinduista, los seres humanos que cometen pecados a lo largo de su vida reencarnan en fantasmas. En dicho libro, un fantasma describe su vida a un
brahmán (sacerdote hinduista):
Vivimos V