Personajes legendarios del género de terror | Page 35
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superstición. Por otro lado, partes del cuerpo humano desaparecidas, amputadas o cercenadas pueden ser percibidas por el cerebro como miembros-fantasma; pudiera ser
que esta forma de percepción pudiera extenderse de forma más elaborada a los recuerdos de personas, con lo que
los fantasmas serían generados por el cerebro no consciente. Para los espiritistas, un fantasma también podría
ser un espíritu atrapado en nuestro mundo por medio de
invocaciones, brujería o promesas (almas en pena).
4.2 Origen
La creencia en aparecidos (muertos que vuelven a aparecer para encomendar alguna misión) o revenants (lo mismo, en francés), espectros, ánimas del Purgatorio, almas
en pena, o fantasmas es muy propia de la naturaleza humana, tanto que tiene visos de ser o constituir un ente
antropológico abstracto que pervive, como otros tipos de
superstición, a través de numerosos factoides concretos.
Ha generado y genera una amplia literatura (novela gótica o de terror), inspira la cinematografía y el teatro y ha
creado innumerables leyendas y mitos, si es que estos, inversamente, no han creado este bulo; la ciencia considera
creer en fantasmas un tipo de superstición muy asentado
en la psicología del ser humano, porque se alimenta de la
necesidad de vida eterna, como la religión, y sublima una
muerte inaceptable y aborrecible por medio del acto apotropaico de creer que la conciencia pervive más allá del fin
de la misma, de forma que la fantasmogénesis resulta ser
un fenómeno o concepto antropológicamente paralelo a
la hierofanía. Estudios recientes indican que muchos occidentales creen en fantasmas; en sociedades donde la religión tiene mucho predicamento, como los Estados Unidos, una encuesta demostró que el 32% de sus habitantes cree en fantasmas y en la vida luego de la muerte o
más allá, siempre en forma paralela a la religión o de
forma menos regulada por un sistema escatológico como
han hecho las religiones más frecuentes, que se aprovechan de este meme antropológico para crear estructuras
económico-culturales de creencias.
Desde antiguo la mitología, la religión y otras manifestaciones de folklore o literatura han creído, o pretendido
creer, en la existencia de entidades sobrenaturales, manifestaciones vitales o númenes más o menos inmmateriales
de varios tipos:
• 1. Abstractos, más o menos alegóricos.
• 2. Naturales o no humanos: inanimados sin movimiento o cosas, e inanimados con movimiento o semovientes, como el aire, el agua, el fuego, las plantas, los astros.
• 3. Naturales animados: animales o animalizados.
• 4. Antropomórficos.
• 5. Humanos.
CAPÍTULO 4. FANTASMA
Desde el más primitivo animismo, que otorga vida a todo lo semoviente o dotado de movimiento y evolución,
así como a las fuerzas de la naturaleza (el aire, el agua,
el fuego, la vegetación, los astros), muchas de estas categorías pueden asociarse, formar criaturas mixtas y recibir denominación o nombre, como el ángel o los dioses medio animales o animalizados de los egipcios y los
japoneses. El fantasma vendría a ser una entidad entre
el cuarto y quinto tipo por su origen humano, bien diferenciada de duendes, diaños, demonios, tulpas, yōkai,
genios, elfos, silfos, hadas y longaevi, restos de religiones
desaparecidas a los que Heinrich Heine llamaba “dioses
en el exilio”. Para la mentalidad moderna, que ha desvitalizado el co