Personajes legendarios del género de terror | Page 13

8 CAPÍTULO 1. BRUJA Grabado del Compendium maleficarum (1608) de Francesco Maria Guazzo que muestra el "osculum infame" de una bruja al Demonio en forma de macho cabrío. del cuerpo, señal que le durará siempre y que al menos durante un mes le producirá dolor; también lo marca en la niña del ojo dejándole impresa la figura de un sapo, signo que le servirá para conocer a otros miembros de la secta”. Después lo envían a holgar y bailar con los demás brujos jóvenes al son de tamborino y flauta.[43] Grabado titulado Ensayos de la serie Los Caprichos (1799) de Francisco de Goya. “La imponente figura de Satán como macho cabrío vigila mudo a una joven bruja que practica sus primeros experimentos suspendiendo en el aire a un hombre que parece asustado; a los pies del buco aparece una olla de las que se mencionan en [el auto de fe] de Logroño [de 1610]" (Carmelo Lisón, pág. 257) con figura entre hombre y macho cabrío —ojos grandes y espantosos; barba de cabra; manos corvas como las garras de las aves de rapiña; corona con cuernos pequeños y un cuerno muy grande saliéndole de la frente que ilumina la reunión de brujos y brujas— a quien la bruja “maestra” presenta a su discípulo con la frase: "Señor, éste os traigo y presentó".[42] A continuación el niño o la niña de rodillas repite la abjuración que va pronunciando el demonio. “Reniega de Dios, de la Virgen, de todos los santos, del bautismo y confirmación, de ambas crismas, de sus padrinos y padres, de la fe y de todos los cristianos, fórmula teológica que reproduce en inversión el rito que parodia”. Tras aceptar como su nuevo dios y señor a Satán que le conducirá al paraíso, el nuevo brujo o bruja realiza su primer acto de adoración ritual, “besándole la mano izquierda, después en la boca y en los pechos, encima del corazón y en las partes vergonzosas; luego se vuelve el demonio sobre su lado izquierdo, levanta la cola que es como la de los asnos y descubriendo esa parte fea, sucia y hedionda la da a besar al neófito, quien lo hace puntualmente. Satisfecho el nuevo señor por el osculo infame le hace una marca con una uña de su mano izquierda en alguna parte Pero todavía no son plenamente brujos o brujas. Con los nuevos poderes que han obtenido están obligados a realizar maldades, dirigidos por su bruja maestra. Sólo con el paso del tiempo estos brujos y brujas menores reciben la “dignidad” de poder hacer ponzoñas por ellos mismos mediante la bendición con la mano izquierda que les hace el demonio en el aquelarre. Después le entrega los sapos vestidos que dio a su maestra cuando abjuraron de Cristo, y a partir de entonces ya podrán obtener de ellos el agua hedionda con la que se han de untar para volar al aquelarre y los polvos y ponzoñas para matar personas y ganado y para destruir frutos y cosechas. “En adelante no tendrán necesidad de padrinos ni maestras, irán solos a las juntas nocturnas y serán admitidos a mayores secretos y maldades. Son ya brujos y miembros con pleno derecho de la secta; gozarán de interacción directa, personal y mutua con su dios y señor”.[44] Cuando se untan para volar recitan una frase que expresa la fusión con el demonio —lo que entre otras cosas les impide ver el Sacramento en el altar—:[45] Señor, en tu nombre me unto; de aquí en adelante yo he de ser una misma cosa contigo, yo he de ser demonio Los brujos y brujas no “alcanzan todos la misma posición ni idéntico rango y prestigio, ni desempeñan en los conciliábulos y maléficas andanzas nocturnas el mismo cometido. [...] Una cohorte de ancianos brujos que actúa como cuerpo consultivo, acompaña y rodea siempre al demonio, que también lleva media docena de diablejos menores a su alrededor. Son brujos graves, expertos en