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LA PRIMERA CÁPTURA DE TORREÓN

Revolucionando

SECTION

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“Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de usted que fui designado por varios jefes de brigada pan tomar el mando de las operaciones, en el ataque que realizamos a la plaza de Torreón Coah, defendida por fuerzas federales e irregulares (colorados), sostenedores del usurpador Victoriano Huerta"

Después de haberse organizado la División del Norte y recibido el general Francisco Villa el mando supremo de ésta, se acordó marchar a la conquista de Torreón. El plan de ataque era como sigue: El general Villa y su brigada marcharían desde la hacienda de La Loma, siguiendo la orilla del río Nazas, hasta Avilés; La brigada Benito Juárez, al mando de Maclovio Herrera, avanzaría desde la hacienda de La Goma, por la margen izquierda del río Nazas, yendo sobre Lerdo y Gómez Palacio; Las brigadas Morelos y Zaragoza al mando de los generales Tomás Urbina y Eugenio Aguirre Benavides, respectivamente, asistidas por las brigadas comandadas por Calixto Contreras, Juan E. García y Benjamín Yuriar, marcharían por diversos rumbos para reconcentrarse con el general Villa en Avilés.

A las 10 horas del 25 de septiembre se lanzó el ataque sobre la plaza de Avilés, que estaba guarnecida, por zapadores y rurales, y resguardo de artillería, fuerzas que se encontraban bajo el mando del general Alvírez.

Lo grueso del combate no duró más de dos horas, pues las fuerzas federales no pudieron resistir el vigoroso empuje de las tropas revolucionaria La plaza se tomó a sangre y fuego. Los federales perdieron más de la mitad de sus efectivos, muriendo todos los oficiales federales, todos los artilleros y pereciendo asimismo el general Alvírez. Sólo se hicieron 25 prisioneros, logrando huir escasos soldados rasos, abandonando hasta las carabinas y cantimploras.

El mismo día, y a las mismas horas, en la margen opuesta del río Mazas, Maclovio Herrera hizo garras al colorado Emilio P. Campa, quitándole la artillería. Campa huyó a uña de caballo, salvando la vida.

Lo grueso del combate no duró más de dos horas, pues las fuerzas federales no pudieron resistir el vigoroso empuje de las tropas revolucionaria La plaza se tomó a sangre y fuego.