San Francisco de Sales
Este Instituto es todo interior, decía: "donde el cuidado y el empleo es el de meditar la ley del Señor". Porque, como a él le gustaba decir con ejemplos pintorescos; "pequeñas golondrinas abren enormemente sus picos cuando hacen su canto, y las palomas, por el contrario, de todas las aves, son las que hacen arrullos con el pico cerrado bien pegado a su garganta, mirando hacia el pecho. Así que yo quiero, dijo de sus hijas el arzobispo de Lyon, que sean como las palomas de la Canción, que permanecen ocultos en el "hueco de piedra" (Ct 2, 14) por y para dar a su Bien Amado las pruebas del amor de sus corazones.
LA ORACIÓN SALESIANA
Tanto oralmente como por escrito, el fundador de la Visitación lega a sus hijas una doble enseñanza sobre la oración que la Madre de Chantal y la orden recibieron fielmente. De un fin a otro, Francisco, quien, en su propia confesión sabía apreciar la cordialidad y la ternura, más que cualquier otro, pone de relieve las amorosas disposiciones con las cuales debemos participar en la oración.
En su buena pedagogía, quería que las novicias se instruyesen al principio en "el simple y berve método" que había propuesto a los laicos en su "Introducción a la vida devota". Según este clasico de la literatura francesa,
la oración "mental y cordial" se hace principalmente en torno de la Vida y Pasión de Nuestro Señor, puesto que "es el árbol de los deseos, a la sombra en la que debemos refrescarnos" (cf. Ct 2, 2). Habiendo estado él mismo, en su juventud, formado por los "Ejercicios espirituales" de san Ignacio de Loyola, Francisco toma aquí prestados de los jesuitas los tres tiempos de su método.
... nosotros somos introducidos en la presencia de Dios, "amparándonos en su bondad divina, como un pollito bajo el ala de su madre", Somos invitados a meditar un episodio de la vida de Jesús, como si Él pasase realmente y de hecho lo hace, en nuestra presencia.
4