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Julio 2019, Número 01
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La quinta y reciente tradición trae consigo la idea del maestro con amplias competencias interculturales; de la figura tradicionalmente incrustada en el desenvolvimiento monocultural del trabajo del maestro, se transita hacia una concepción del maestro como comunicador y gestor intercultural. Esta nueva constitución de la representación del maestro, tiene en el enfoque de la educación intercultural bilingüe y la participación popular que introdujo la Ley Nº 1565 de julio de 1994 su marco de referencia. Con todo, la mayor parte de las representaciones e imágenes sociales del oficio del maestro boliviano tienen su origen y obedecen a la instauración de un nuevo orden político, el mismo que se traduce en el campo educativo en una nueva legislación educativa que oficia de un nuevo contenido para la función docente.
Estas representaciones pueden ser claramente asociadas a ese ideal de maestro que ha permanecido –por no decir que aún permanece—en la memoria social, lo cual determina esa identidad prescrita, aquello que el maestro en determinadas situaciones, sobre todo institucionales, debe cumplir (Dubet, 2006; Brito, 2010). La constitución de estos imaginarios, en palabras de Finocchio, obedecen y se encuentran al abrigo de ese artefacto cultural tan propio de los siglos XIX y XX que puso en circulación sentidos políticos y pedagógicos de la actividad docente (Finocchio, 2009). Sin lugar a dudas, ese artefacto cultural respondía a esa sólida modernidad, lo cual se traducía en un “Estado omnipresente”, con una igualmente consistente institución, la escuela, y, con un agente especialmente ordenado a cumplir con dicho mandato: el docente.
Pero hoy esa llamada modernidad ya no es la misma. Para muchos, el momento actual responde a un nuevo y distinto mundo; para otros, simplemente se trata de la expansión y profundización de la modernidad a más ámbitos de la vida humana. Sea a favor o en contra de una u otra postura, algo si es evidente: el mundo ha cambiado. Tal cual, la escuela y el trabajo docente igualmente han mutado, o en todo caso, se han visto afectados por estas nuevas condiciones que conmueven la práctica escolar.