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Revista Pedagógicas
Al parecer la escuela está cada vez más cerca y respondiendo a las necesidades propias de su entorno social. Entonces, estaríamos pensando en una escuela que se va transformando al ritmo de los requerimientos sociales que se le demandan. Efectivamente, esto es cierto; sin embargo, si bien los cambios en la educación boliviana en estos últimos tiempos son de magnitud y alcanzan a dar otra “nueva” configuración a la escuela, es posible sugerir que el núcleo que sustenta la escuela –y sus innovaciones pedagógicas propuestas— aún mantiene su fuerza y persistencia.
Hasta aquí, la discusión y objeto de atención de las propuestas de educación boliviana se centran en la escuela. Poco se ha dicho sobre lo escolar propiamente dicho. Si bien la escuela es central en el entendimiento de la forma escolar, como bien lo han indicado Vincent, Lahire y Thin (2002), no se debe confundir escuela con forma escolar.
La crítica hacia la escuela desde los pueblos y movimientos indígenas bolivianos, si bien en su momento fue necesaria pues ayudo a develar aspectos ocultos de la educación escolar, sobre todo en poblaciones originarias, quedo ahí, petrificada en el tiempo sin dar cuenta como esa “forma escolar” se consolido en el tiempo y aún permanece a pesar de los muchos intentos de reformas efectuados en la escuela. Por otro lado, se encuentra la aceptación de que la escuela puede transformarse al incorporar nuevos sentidos a su función y misión tradicional y es evidente que esta situación ha permitido cambios en la escuela. Sin embargo, esto no alcanza. No basta con asumir, o calificar a la educación como multicultural, popular, intercultural, bilingüe, etc., pues esto muestra una ingenua idea de la escuela como una institución social ya naturalizada, heredada como tal, cuando el punto del problema es la vigencia de la forma escolar. Proponer una autentica pedagogía originaria, pienso yo, debe separarse y distinguirse de este modo de pensar los procesos educativos.
III
¿Qué distinguiría la pedagogía originaria de la escolar? Considero dos elementos centrales en esta construcción. La primera hace referencia a que esta pedagogía debe partir de la reflexión de la propia realidad donde se realiza la práctica educativa. Reflexionar la educación desde nuestras propias realidades y no pensarla desde las teorías educativas que nos entregaron en las universidades, o en las normales si fuera el caso, que son teorías del pensamiento pedagógico occidental, constituye un aporte de la denominada pedagogía originaria. Esto supone un fuerte cuestionamiento a la forma escolar que subyace en la pedagogía escolar. Las teorías occidentales pedagógicas pocos nos sirven porque se refieren a realidades donde éstas se construyeron y que fueron implantados por el proceso de expansión occidental capitalista y que destruyo nuestro pensamiento pedagógico originario.