PASOS. Revista digital del IES Sáenz de Buruaga. Nº 2. Noviembre de 2020. | Page 38

pROYECTOS DE INNOVACIÓN

JAVIER QUIRóS, PROFESOR DE MATEMÁTICAS, NOS CUENTA EL PROYECTO DE INNOVACIÓN QUE ESTÁ desarrollando EN EL CENTRO: la sostenibilidad ecológica como modelo para la mejora de espacios educativos y creación de hábitos respetuosos con el medio ambiente.

"ESTO YA NO ES LO QUE ERA"

Un sol imponente baña la fachada del edificio y comienza a calentar el suelo de las pistas deportivas. El ambiente fresco que acompaña al amanecer comienza a desaparecer y, como si formase parte del conjunto de los alumnos que asisten a clase, parece que por la rampa de acceso asciende un aire recalentado hasta entrar por el vestíbulo e invadir todo el espacio interior, ocupando absolutamente todas las zonas y avisando, con su todavía tímida presencia, de que la jornada será algo más dura de lo habitual, pues el aumento progresivo de la temperatura en las aulas se convertirá en otro motivo más para querer huir del instituto. Entre el alumnado y el profesorado se observan prendas acordes a todas las estaciones, desde las más abrigadas a las más frescas, y sin embargo eso no genera ningún tipo de asombro, pues en cuestión de horas y según de dónde vengas es fácil haberse sometido a un salto térmico de 15 ó más grados centígrados. Esto hace habitual que al final de las clases, junto a los paraguas abandonados en los percheros que promocionan de curso como si de un compañero más se tratase -pues no son reclamados por nadie incluso en días de lluvia-, se le unan ahora una colección de prendas de abrigo que serán echadas de menos al día siguiente, al principio de la mañana en la parada del autobús. Son las 9 de la mañana y estamos a principios de mayo.

Dos profesores de guardia, como si de una conversación de ascensor se tratase, hablan del tiempo, pero en esta ocasión no se limitan a dar el parte del día, sino que, con cierta preocupación, se plantean los cambios reales que esta situación del cambio climático puede generar en el funcionamiento de los centros educativos y, como consecuencia, en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

“Esto ya no es lo que era” -decía uno de ellos. Hace no tantos años, el calor era el pregonero de las recuperaciones, los últimos esfuerzos y las notas… Ahora parece un obstáculo más a salvar en casi la mitad del curso y acaba generando desgaste y agotamiento entre todos los que tenemos que pasar aquí las mañanas, tanto alumno como profesorado. Con todo el cansancio acumulado, el calor no ayuda a culminar esto con éxito y hasta que no dispongamos de una climatización adecuada, no se podrá rendir bien en el centro.

En otra conversación, y no tan alejada en el tiempo, otro docente nos hacía reflexionar sobre la importancia de los hábitos para el consumo energético. Nos recordaba que cuando viene el calor todo el mundo quiere climatización, pero que, durante el invierno, teniendo acondicionadas las clases con calefacción, esto solo supone un gasto adicional, que, además, no es puesto en valor por los usuarios, pues no se puede decir que el uso de la calefacción sea eficiente. “Instalar aire acondicionado acabaría siendo un agujero negro de consumo y seguiríamos pasando el mismo calor. Ventanas y puertas abiertas, persianas subidas, ocupación excesiva de aulas, falta de ventilación de algunos espacios”, -acababa diciendo. Así pues, comenzamos a plantearnos que el problema quizá no es solo las instalaciones, sino su forma de usarlas y adaptarlas al clima y al entorno.