PASOS. Revista digital del IES Sáenz de Buruaga. Nº 2. Noviembre de 2020. | Página 17

recaudación, gracias al incremento de llenos en salas, a la que se sumaba la oferta de obras de autoras y directoras.

Más de una generación de creadoras entre los 30 y los 50 años ha aflorado con fuerza en la actualidad gracias al proyecto Temporadas y han surgido públicos diversos. El indicador es inmejorable. Se consolidan muchos nombres: Marta Pazos, Helena Tornero, Pilar G. Almansa, Concha Rodríguez, Karina Garantivá, Alejandra Prieto, Jana Pacheco, Eva Hibernia, Denise Desperyoux, Inmaculada García Alvear, Cristina Silveira, Itziar Pascual, Amaranta Osorio, Andrea Jiménez y Noemi Rodríguez de la Compañía Teatro en Vilo, Yolanda Dorado, Silvia Penas, Marta Pérez, Carmen Domingo, Luna Paredes, y un largo etcétera.

También en la música, el número de compositoras y directoras crece, aunque con lentitud. La música y la danza son los sectores más perjudicados.

Sigue pendiente la recuperación de las creadoras surgidas contra viento y marea en la transición y en las décadas democráticas de los ochenta y noventa.

¿Cómo han sentido la respuesta de la profesión?

Hemos recibido complicidades. Ha sido una vivencia a valorar y destacar en este proceso y al menos a mi me ha confirmado la sospecha de que la no aplicación de la Ley era, sobre todo, una incomprensible dejación de principios de las administraciones públicas.

Durante la II República, la gran dramaturga María Lejárraga lanzó una pregunta a intelectuales y políticos de su tiempo: “¿Cuál cree usted que es el mayor enemigo del feminismo en España?”. Un diputado respondió sin parpadear: “La costumbre”. En parte, así es.

Cuando visitamos a directores de las unidades de producción en los teatros públicos manifestaban que eran conscientes de la necesidad de crear cambios para favorecer la igualdad de oportunidades, y hasta temían caer en el seguidismo de dar prioridad a los proyectos masculinos, pero nadie les había pedido una agenda de aplicación del art. 26 de la Ley de Igualdad en las instancias ministeriales. Por eso, recibieron con interés la hoja de ruta que les pusimos delante y se lanzaron a la tarea. No fue igual el caso de las mujeres que visitamos, todas ellas llegaban a sus cargos con una apuesta definida por la Igualdad, sabiendo que el éxito de tal empeño pasaba por la capacidad de entusiasmar a sus respectivos equipos para que hicieran suyo el proyecto y consideraran que todo propósito novedoso rompe inercias y es un acicate atractivo para la renovación de públicos.

El techo de cristal, aunque es algo sabido, se ignora por pura costumbre si no lo nombramos y señalamos reiteradamente nosotras mismas. Muchos no se han percatado de que hace décadas que estamos ampliamente formadas y capacitadas y con mejores resultados en los estudios superiores y másteres de más alta cualificación que los conseguidos por los chicos, datos estos que se pueden encontrar en los Informes de la Fundación Alternativas sobre el Estado de la Cultura de 2018 y 2019. Así las cosas, la pérdida de talento femenino supone una pérdida para la sociedad en su conjunto. Para construir nuevas visiones de nosotros mismos y del mundo es indispensable multiplicar relatos e ingeniosas apuestas estéticas realizadas por hombres y mujeres y por quienes se reconocen en la diversidad sexual.

María José González, Ana León Gamoles

y Carla Pérez Escobar

"El techo de cristal, aunque es algo sabido, se ignora por pura costumbre si no lo nombramos y señalamos reiteradamente nosotras mismas. Muchos no se han percatado de que hace décadas que estamos ampliamente formadas y capacitadas y con mejores resultados en los estudios superiores y másteres de más alta cualificación que los conseguidos por los chicos".