Investigar la migración
Lanzar preguntas diferentes a partir de las nociones sugeridas muy
probablemente nos conduzca a un conocimiento nuevo sobre la posición que mantienen las cada vez más numerosas y diversas comunidades
de las que emigra la gente. No olvidemos el dato que se reveló al inicio
sobre ese efecto de dispersión que ya está registrado en los últimos años.
Cada una de esas comunidades, vistas en tanto sistemas, requieren para
autoreferirise y re-producirse tener clara la diferencia con su entorno y
la diferencia interna que fija los límites del entorno para cada uno de los
sistemas parciales que existen a su interior.
De acuerdo con la lógica que venimos planteando, lo que está pasando afuera del sistema —en su entorno— no depende de sí mismo, pero
“afuera” adquiere formas particulares según las distinciones que orientan la observación del sistema. Lo importante es que ese tipo de mirada
—que distingue cosas por ser un régimen de diferenciación— también
es aplicable al interior del sistema. Esto puede entenderse mejor con un
ejemplo: realizando una investigación sobre “subjetividades juveniles y
migración internacional” en una comunidad de la sierra de Oaxaca llamada Yalalag, Aquino (2012) recaba el siguiente testimonio:
En Yalalag no hay futuro, digo yo, bueno para mí no hay; por eso
mejor en la ciudad andaba yo buscando. Bueno, de que sí hay trabajo, hay trabajo, pero no ganas mucho que digamos. Siendo un
trabajador, ahí nunca vas a superarte, tal vez vas a poder llegar a
comprar una casita o vas a formar una familia, pero todo eso te va
a costar mucho, porque ahí en el trabajo que hay no ganas nada.
Yo hacía huaraches, antes de hacer huaraches iba al campo, también anduve un rato ayudando como panadero. Quería hacer algo,
tener un oficio para vivir ahí, pero vi que no d [