Paradigmas Vol. 6, N. 2 | Page 66

Sobre las mediciones de corrupción que la corrupción se puede dar sin la participación de un agente público, es decir, se puede dar entre actores del sector privado, organizaciones no gubernamentales (ONG) y asociaciones civiles, e incluso en las relaciones entre individuos7 (Andvig & Odd-Helge, 2001). El planteamiento de Transparency International es que la corrupción no solo es un problema moral o ético, sino que además es un gran obstáculo para el desarrollo de las naciones, con lo que la tesis desarrollista comienza a tambalearse. Quizá no es que sean menos corruptos por ser desarrollados, sino a la inversa: son desarro7 Un ejemplo de ello es la práctica de dar propinas en ocallados por ser menos corruptos. Por décadas siones en las que ya se está leímos el asunto de cabeza. Desde el enfoque cobrando por un servicio o incluso para agilizar trámide las capacidades, la corrupción inhibe el detes burocráticos por parte de funcionarios. sarrollo de la agencia o del empoderamiento de las personas. Es importante destacar que en el análisis de la corrupción se ha hecho cada vez más latente la necesidad de darle una mirada más amplia, que no se centre únicamente en el funcionario o político como transgresor, sino que incorpore los elementos sociales que hacen posible o incluso incentivan este tipo de actitudes. Esto nos lleva a un análisis de las relaciones entre corruptores y corrompidos, así como de las situaciones y circunstancias que hacen posible la corrupción. Más allá de la falta de consenso sobre el concepto de corrupción, hay un punto en el que el acuerdo es unánime: la corrupción se asume como un fenómeno nefasto e indeseable. Se ha escrito mucho sobre las causas que hacen posible la corrupción así como de algunas de sus consecuencias; sin embargo, hay pocos análisis para el caso latinoamericano que se basen en indicadores e índices para hacer patente esta relación. Paradigmas, jul.-dic., 2014, Vol. 6, No. 2, 131-177 | 143