Paradigmas Vol. 5, No. 2 | Page 65

El diálogo: condición imprescindible de la democracia que hablan del pasado en su contexto originario, es decir, en la situación histórica en que se originó, para descubrir el valor y la significación que le conviene. Para Gadamer (2007), tenemos conciencia de que lo que ya no está de manera inmediata y no se expresa en el mundo (toda tradición), lo cual se encuentra despojado de su sentido originario y referido a un espíritu que lo descubra (p. 218). Entonces, resulta necesario estudiar la posibilidad de conocer el pasado comprendiendo su sentido y esta posibilidad radica en que exista una relación de pertenencia que ligue el pasado del ser histórico y el presente del ser que conoce. El sujeto que comprende, en tanto ser histórico, no es completamente ajeno a la historia, sino que está integrado en ella por una relación de pertenencia. El objeto de las ciencias sociales no es reproducir fielmente un hecho de la realidad sino la conexión vivida a partir de él; esto es, reproducir las experiencias internas que solo en la comparación con otras a través del diálogo puede aclararse. Cuando comparo mi experiencia con otras la aclaro; solo entonces soy consciente de que mi propia existencia difiere de la de los otros. La existencia ajena nos da hechos sensibles desde el exterior, así que solo a través de un proceso de reproducción de lo que se afecta llegamos a completar el interior. Todo lo transferimos desde nuestra propia vitalidad y llamamos comprensión al proceso por el que conocemos un interior a partir de signos dados sensiblemente desde fuera. La experiencia interna es la primera forma de darse la realidad, cuando se consideran sus dimensiones cognitiva, volitiva y afectiva; la experiencia externa es secundaria y únicamente cognitiva, pues los sujetos solo tienen acceso al mundo dentro y a través de la conciencia (Dilthey, 2000, pp. 25-27). No obstante, esta toma de conciencia es imposible si no se establece el diálogo conmigo, con los otros y con el mundo. El conocimiento es un proceso continuo de interpretación, porque está abierto a la ampliación y la modificación de las conclusiones alcanzadas. Paradigmas, jul.-dic., 2013, Vol. 5, No. 2, 101-130 | 123