Pablo Cazau
“descubrimiento” de conexiones causales y como procedimientos de
“prueba” de estas. Una buena parte de las críticas apuntan precisamente
a estas dos pretensiones, que se examinan por separado. Un examen más
completo de estas críticas pueden encontrarse en Copi (1974, pp. 451-459)
y en Cohen y Nagel (1979, pp. 72-90).
1. Los métodos de Mill como instrumentos para descubrir conexiones
causales. Imagine el lector que, aplicando el método de la concordancia
para averiguar las causas del problema de aprendizaje, se considera un
cuarto caso con una nueva circunstancia antecedente D (por ejemplo, ser
drogadicto), y que había estado presente también en los tres casos anteriores. En esta nueva situación, el esquema sería el siguiente (tabla 3):
Tabla 3. Métodos de Mill
para descubrir conexiones causales
Caso 1
ABCD
X
Caso 2
BCD
X
Caso 3
CD
X
Caso 4
D
X
Si se constata que el problema de aprendizaje (X) se produce también
en presencia del factor D, podrá concluirse entonces que D es la causa de
X. Cuando se había aplicado el método de la concordancia considerando
solamente los tres primeros casos se había concluido erróneamente que
la causa era C, debido a que no se habían considerado todos los factores atinentes o relevantes a la cuestión. Por lo tanto, el método no ayuda
a “descubrir” nuevos posibles factores atinentes, entre los cuales podría
estar la “verdadera” causa. Esta crítica es extensible a los demás métodos.
Como indica Copi (1974),
los métodos no pueden usarse a menos que se tengan en cuenta todas las circunstancias atinentes al fenómeno. Pero las circunstancias no llevan rótulos que digan “atinente” o “no atinente”. Los
84 | Paradigmas, jul.-dic., 2013, Vol. 5, No. 2, 69-98