Una reseña histórica de los diseños experimentales
problemas de atinencia son problemas relativos a la “conexión
causal”, algunos de los cuales, al menos, deben hallarse resueltos
“antes” de que sea posible aplicar los métodos de Mill. Por consiguiente, los métodos de Mill no son “los” métodos para descubrir
conexiones causales, pues algunas de estas conexiones deben ser
conocidas previamente a toda aplicación de esos métodos. (p. 456)
Críticas similares formulan Cohen y Nagel (1979) cuando sostienen
que, para que los métodos de Mill sirvan para descubrir causas, deben
incluir entre las circunstancias antecedentes la causa verdadera: “si no
hemos tenido la fortuna de incluirla, eliminaremos todas las alternativas
sin descubrir la causa de X” (p. 89).
El problema no pasa solamente por no haber seleccionado todos los
factores atinentes, sino que también puede pasar por haberlos seleccionado mal. Un ejemplo particularmente gracioso nos lo suministra Copi
(1974, p. 453): tomo whisky con soda y me emborracho, tomo vino con
soda y me emborracho, tomo ron con soda y me emborracho y tomo gin
con soda y también me emborracho. Por tanto, lo que me emborracha
es la soda por concordar siempre con la borrachera. Esta mala selección
de los factores relevantes me impide descubrir la verdadera causa de la
borrachera, lo que ilustra otro aspecto del problema de los métodos de
Mill para descubrir conexiones causales. En realidad, el factor concordante que habría que haber seleccionado es el componente de alcohol
presente en todas las bebidas consideradas.
2. Los métodos de Mill como reglas para probar conexiones causales.
Copi (1974, pp. 457-459) sostiene dos razones para negarle valor demostrativo a los cánones de Mill:
a) Puesto que los métodos, como se ha expuesto, no pueden ayudar a
seleccionar todos los factores atinentes, la afirmación de que uno de
los factores considerados es la causa del fenómeno no tiene valor de
Paradigmas, jul.-dic., 2013, Vol. 5, No. 2, 69-98
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