Paradigmas Vol. 5, No. 1 | Page 18

Marradi El ideal sería que las aserciones científicas fueran producidas sin ninguna intervención de conocimientos y saberes personales, generalizando inductivamente a partir de observaciones protocolares. En la historia de la ciencia (o mejor, en la historia de la reflexión sobre la lógica de la ciencia) únicamente el Carnap del Aufbau seriamente ha creído posible –y ha intentado poner en práctica– una manera parecida de producir aserciones. Pero, el que el ideal no sea lograble y el que la pretensión de impersonalidad no resista a un análisis de la práctica científica, en nada redujo su encanto, que se manifiesta en la máxima casi universalmente venerada: “la ciencia tiene que ser objetiva”. Es verdad que el término ‘objetivo’ tiene un sentido mucho más amplio que el término ‘impersonal’ y, además, es profundamente ambiguo, ya que puede referirse: a. a la actitud de quien hace una investigación, que a’) no tiene posiciones valorativas sobre su objeto, o a’’) las tiene, pero intenta no permitir que sus valores influyan en sus resultados;5 b. al hecho que ni sus valores ni sus conocimientos personales intervienen; c. a los resultados obtenidos en cuanto corresponden a la realidad como una fotografía a su modelo. 5 Nélida Archenti llamó mi atenSin embargo, el término ‘impersonal’ ción sobre esta distinción intersubraya el segundo aspecto y solo como na a la posición a). consecuencia el tercero. Naturalmente, la posibilidad de formular afirmaciones que tengan una razonable pretensión de im-personalidad no depende exclusivamente de las técnicas que se utilizan sino, de manera crucial, de tres aspectos: 18 | Paradigmas, ene.-jun., 2013, Vol. 5, No. 1, 11-38