Los dos senderos de la episteme: conocimiento científico en la tradición de Platón y Aristóteles
los universales se hallan presentes en el alma del hombre, incluso en la del hombre más ignorante, pero, que solo llega a conocerlos aquel que es guiado correctamente por el principio del razonamiento.
Si el verdadero conocimiento lo es de lo universal, el conocimiento del universal es el saber más elevado, mientras que aquel de lo particular es el de menor jerarquía; de ahí la trascendencia del empleo de la mayéutica como método para recordar lo preexistente. Dice Platón:
Y si después de haber tenido estos conocimientos antes de nacer, y haberlos perdido después de haber nacido, llegamos en seguida a recobrar esta ciencia anterior, sirviéndonos del ministerio de nuestros sentidos, que es lo que llamamos aprender, ¿ no es esto recobrar la ciencia que teníamos, y no tendremos razón para llamar a esto reminiscencia?(...) De manera que tiene que suceder una de dos cosas: o que nazcamos con estos conocimientos y los conservemos toda la vida, o que los aprendan, no hagan, según nosotros, otra cosa que recordar, y que la ciencia no sea más que una reminiscencia.( Platón, 2009a, p. 561).
Dependiendo de cómo se conciba el proceso cognitivo, es decir, como descubrimiento y recuerdo o como construcción, será la determinación del proceso y de las condiciones didácticas de su realización. En el terreno de la teoría es generalmente aceptada la correspondencia entre lo real y lo pensado teóricamente, pero la diferencia se ubica en cómo se concibe el proceso de construcción de la teoría. Así, en Platón la correspondencia se establece entre la escritura del alma y su encarnación en los objetos sensorialmente percibidos; para Hegel existe una correspondencia absoluta entre lo real y lo racional; en tanto que para Kant lo real es incognoscible por lo que solo se cuenta con lo que de él se piensa.
Como ya fue señalado, la manera platónica de establecer la correspondencia entre lo real y lo pensado, y su concepción de la escritura matemática del alma, se convirtieron en fundamento del pensamiento de Descartes y Galileo que culminó con la física de Newton cuyos absolutos tiempo, espacio y movimiento corresponden al absoluto alcanzado por el espíritu universal en Hegel, en quien las categorías del ser son las mismas que las del pensar de manera racional( Larroyo, 1990, p. L). Pero, queda aún una gran
Paradigmas, ene.-jun., 2012, Vol. 4, No. 1, 41-66 | 55