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Los dos senderos de la episteme: conocimiento científico en la tradición de Platón y Aristóteles
concepción marxista del conocimiento acaba por atribuir a Marx una concepción semejante a la Feuerbach, al decir:“ Nuestras sensaciones, fieles reflejos de los objetos realmente existentes, así como nuestras percepciones y representaciones son objetivamente reales”( 1991, p. 26), basándose en las consideraciones de Lenin al respecto. En cambio, Suchodolski rescata el carácter sociocultural de la sensación planteada por Marx( 1986, p. 231).
Koyré presenta de manera resumida la interpretación aristotélica del conocimiento:
Para el aristotelismo, el dominio de lo sensible es el dominio propio del conocimiento humano. Sin sensación no hay ciencia. Sin duda, el hombre no se limita a sentir: elabora la sensación. Se acuerda, imagina y, por estos medios, se libera de la necesidad de la presencia efectiva de la cosa percibida. Después, en un grado superior, su intelecto abstrae la forma de la cosa percibida de la materia a la que está naturalmente ligada, y es esta facultad de abstracción, la capacidad de pensar abstractamente, la que permite al hombre hacer ciencia, y le distingue de los animales. El pensamiento abstracto de la ciencia está muy lejos de la sensación. Pero la unión subsiste( Koyré, 2000, p. 33).
En la concepción marxista del conocimiento predomina el pensamiento aristotélico, pero incorporando la circularidad sensación-razón-sensación. Marx parte del principio de la existencia de lo real con independencia de la conciencia y acepta la capacidad de la conciencia para reproducir lo real. De esta manera, el enfrentamiento entre teorías estaría dado entre lo verdadero y lo falso y no por la inconmensurabilidad de racionalidades distintas. En Marx no hay punto de partida en el proceso de conocimiento científico; es decir, el proceso no inicia en la sensación ni en la conciencia dado que la conciencia es productora y producto de la sensación y la sensación es productora y producto de la conciencia, aunque existan versiones simplificadas y lineales entre sus adeptos como es el caso de Mao Tse Tung quien dice:
Innumerables fenómenos de la realidad objetiva se reflejan en los cerebros de las gentes por medio de los órganos de sus cinco sentidos – la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto –. Al comienzo, el

Paradigmas, ene.-jun., 2012, Vol. 4, No. 1, 41-66 | 51