Paradigmas Vol. 4, No.1 | Page 52

Covarrubias, Osorio & Cruz
en un sujeto autónomo, es el demiurgo de lo real; lo real no es más que su manifestación externa. Para mí, a la inversa, lo ideal no es sino lo material traspuesto y traducido en la mente humana( Marx, 1971a, pp. 19-20).

De las sensaciones a la razón o de la razón a los objetos

En Aristóteles la cognición inicia con las sensaciones y existen dos órdenes de conocimiento, el esencial y el sensible:“ para el conocimiento esencial, lo universal es lo anterior, así como lo particular es el conocimiento sensible”( Aristóteles, 2004, p. 108). Son múltiples los sentidos y múltiples también las sensaciones y es la razón la encargada de unificarlas. La concepción aristotélica seguramente es deudora de Demócrito, para quien los sentidos presentan una revelación incompleta de lo real que la mente se encarga de completar. Según Aristóteles, los sentidos por separado proporcionan datos parciales que requieren el concurso de las sensaciones provenientes de los demás sentidos, para reconstruir en la mente la imagen de los objetos reales. Los sentidos son infalibles en lo que a captación de los objetos reales se refiere y son las cosas particulares las que percibimos por la sensación; sin embargo, hay ciencia solo cuando se conoce lo universal( Aristóteles, 2008, pp. 262-263).
De este modo, en Aristóteles existe un proceso de construcción de conocimiento que va de lo particular a lo universal,“ porque es la sensación misma la que produce en nosotros lo universal”( Aristóteles, 2008, p. 310). El camino es la inducción, porque,“ por la inducción se pasa de lo particular a lo general, y de lo conocido a lo desconocido. Las cosas referentes a la sensación son más conocidas, ya absolutamente hablando, ya por lo menos para el vulgo”( Aristóteles, 2008, p. 437).
A este planteamiento de Aristóteles se afilia Berkeley, Mach, Comte, Locke, Hume, Feuerbach y el propio Lenin; también Marx, pero incorporando el carácter cultural de la sensación. Rosental, intentando explicar la

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