Paradigmas Vol. 4, No.1 | Page 51

Los dos senderos de la episteme: conocimiento científico en la tradición de Platón y Aristóteles
En Aristóteles un sujeto puede enseñar a otro; en Platón nadie puede enseñar a otro porque cada uno aprende recordando lo que ya es sabido desde siempre.
Del pensamiento aristotélico proviene la idea de la existencia de lo real con independencia de la conciencia. Los universales no son entes existentes realmente como sucede en la concepción platónica. En Aristóteles lo universal se construye en el pensamiento por agrupación de casos individuales, mientras que en Platón lo universal se encarna en lo particular, como sucede también en Hegel. Se trata pues de una construcción gnoseológica cualitativa con diferentes grados de abstracción y generalidad, en la que los universales no son substancias independientes de los objetos concretos, sino que son las cualidades de los objetos concretos los que constituyen los universales por medio de construcciones intelectuales. La razón puede intuir lo universal en lo particular que es captado por los sentidos. Lo universal no puede ser captado por los sentidos porque no son substancias, ya que estas poseen una existencia individual.
El realismo aristotélico se encuentra de manera predominante como sustento de teorías científicas, incluso en muchos de los casos en los que la teoría denota una filiación platónica marcada. En el caso particular del positivismo y de la dialéctica marxista, claramente se establece la existencia del mundo externo objetivo e independiente de la conciencia, por lo que el conocimiento no es más que el tránsito de la realidad exterior a la conciencia, como queda claramente expresado por Marx en esta frase:“ No es la conciencia de los seres humanos lo que determina su existencia o ser, sino al contrario, es su existencia o ser social lo que determina su conciencia”( Marx, 2005b, p. 193).
El marxismo sustenta la tesis de la existencia objetiva del mundo y la capacidad humana para reproducir lo real en la conciencia, proceso que inicia con las percepciones sensoriales y concluye en el pensamiento en forma de teoría. Marx es contundente al respecto cuando marca distancia con Hegel:
Mi método dialéctico – señala – no sólo difiere del de Hegel, en cuanto a sus fundamentos, sino que es su antítesis directa. Para Hegel el proceso de pensar, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea,

Paradigmas, ene.-jun., 2012, Vol. 4, No. 1, 41-66 | 49