Paradigmas Vol. 4, No.1 | Page 50

Covarrubias, Osorio & Cruz
El alma vegetal se constituye en un proceso determinado que puede ser organizado de forma cognoscitiva en etapas de desarrollo. En el alma animal, el alma vegetativa aparece como etapa suya, la primera en ser creada y, en el alma racional las almas vegetativa y sensitiva aparecen como etapas de su propio desarrollo. Por eso Aristóteles plantea que,
Si el nacimiento del cuerpo precede al del alma, la formación de la parte irracional es anterior a la de la parte racional. Es fácil convencerse de ello; la cólera, la voluntad, el deseo se manifiestan en los niños apenas nacen; el razonamiento y la inteligencia no aparecen, en el orden natural de las cosas, sino mucho más tarde. Es de necesidad ocuparse del cuerpo antes de pensar en el alma; y después del cuerpo, es preciso pensar en el instinto, bien que en definitiva no se forme el instinto sino para servir a la inteligencia ni se forme el cuerpo sino para servir al alma( Aristóteles, 2003, p. 176).
El alma solo es creada por los seres vivos y vive y muere con ellos; es la vida, es el ánima de los seres vivos; es quien gobierna su cuerpo( Aristóteles, 2002, pp. 15-16). Para Aristóteles el alma vegetativa y el alma sensitiva mueren, pero no ocurre así con el alma racional; la cual acaba convertida en conocimiento. El alma humana está compuesta por tres principios: sensación, entendimiento e instinto. La sensación y el instinto buscan la conservación del cuerpo, en tanto que el entendimiento se orienta hacia el conocimiento de lo universal, que es a lo que todas las ciencias se refieren. El entendimiento se encuentra en la razón y esta se divide en razón práctica y razón especulativa, siendo la especulativa la más elevada. Dice:
La cosa que es sabida, que puede ser objeto de la ciencia, existe de toda necesidad, es eterna; porque todas las cosas que existen de una manera absoluta y necesaria, son eternas; así como las cosas eternas son increadas e imperecibles. Además, toda ciencia parece susceptible de ser enseñada; y toda cosa que es sabida puede también aprenderse. Ahora bien, todo lo que aprende, toda noción que se adquiere o que se transmite un maestro, viene de principios anteriormente conocidos,(...) porque todo conocimiento, cualquiera que él sea, es adquirido, ya por inducción, ya por silogismo. La inducción, además, es el principio de las proposiciones universales; y el silogismo sale de los universales( Aristóteles, 2003, pp. 209-210).

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