Paradigmas Vol. 4, No.1 | Page 49

Los dos senderos de la episteme: conocimiento científico en la tradición de Platón y Aristóteles
Durante la Edad Media, Platón parecía derrotado por Aristóteles; mientras que de Galileo a Newton, Aristóteles parecía derrotado por Platón. Después, la mecánica cuántica los sintetiza a los dos: geometría, sí, pero del objeto concreto cuyo espacio, tiempo y movimiento están contenidos en él; matemática, sí, pero de los contenidos concretos del objeto; el espacio, el tiempo y el movimiento absolutos desaparecieron, así como también el vacío junto con el átomo como partícula elemental.
Pero, la lectura matemática del alma propuesta por Pitágoras y Platón ha adquirido otras connotaciones que han inspirado otro tipo de lectura. Es el caso de la genómica y de la psicología. La primera está basada en la existencia de información que determina las características físicas de todos los seres vivos y la segunda plantea la lectura de la psique para conocer lo que el sujeto es. Ambas podrían plantearse la representación matemática de sus objetos de estudio o de los procesos de construcción del conocimiento de esos objetos, mas esto no implicaría necesariamente la suposición acerca de cómo el despliegue del genoma o el de la psique corresponden con el despliegue matemático. El genoma es un proyecto de individuo; es potencia y posibilidad de ser y de encontrar las condiciones para ello. El instinto, el desarrollo sensorial y el desarrollo intelectual descansan en una determinación genética que solo aparece cuando las condiciones sociales lo permiten, pero que estas no pueden generarla.
Para el pensamiento aristotélico las cosas son de otro modo: cada cuerpo crea su propia alma, cada cuerpo escribe su alma, por lo que el alma de cada cuerpo es distinta del alma de todos los demás. En cambio, para Platón, el alma es inmortal, contiene la verdad y su escritura es la misma en todos los casos; conocer es descubrir y entender lo escrito, y educar es guiar dialécticamente al sujeto por el camino de la lógica de descubrimiento.
A decir de García Morente( 1980, p. 137), Locke asume plenamente el planteamiento de Aristóteles. De este modo, habrá contenidos comunes a vegetales, animales y humanos; contenidos comunes a vegetales pero inexistentes entre animales y humanos, etc., hasta llegar a un grado de particularización tal que, cada alma posee contenidos que no tiene ninguna otra. De esta manera, cada individuo vegetal, animal o humano es un caso único e irrepetible.

Paradigmas, ene.-jun., 2012, Vol. 4, No. 1, 41-66 | 47