Paradigmas Vol. 4, No.1 | Page 48

Covarrubias, Osorio & Cruz
estructura de lo real sin llegar a ser objeto real. De este modo, el tiempo, el espacio y el movimiento obedecen a leyes matemáticas; de ahí que la experiencia sea despreciable dado que el despliegue matemático es idéntico al despliegue de lo real. El problema puede ser planteado así: las leyes naturales o sociales existen realmente, pero lo hacen de conformidad con las leyes matemáticas. No son las leyes matemáticas las que establecen las leyes de la realidad, sino que las leyes de la realidad se realizan matemáticamente.
En la concepción platónico-galileana las formas geométrico-matemáticas se encarnan en los objetos. Todos los objetos son combinaciones de formas geométricas que ocultan las formas geométricas puras. La unión de los números con las figuras geométricas realizada por los pitagóricos, sentó las bases de la matematización de lo real y del posterior tránsito de la matemática geométrica a la matemática algebraica. Para los pitagóricos, el número es al mismo tiempo una figura geométrica: el 3 es el triángulo, el 4 es cuadrado, el 5 es pentágono y así sucesivamente( Brun, 2002, p. 31), fundiendo el espacio con el número. Esta manera pitagórica de pensar la matemática fue asumida por Descartes, quien trató de reducir la física a la geometría pura, negando cualquier especificidad propia a la realidad material( Koyré, 2000, p. 307-308). Estudiar figuras geométricas matemáticamente es para Descartes construir conocimiento.
Al igual que Platón, Descartes y Galileo están convencidos de que son las propiedades matemáticas y no las cualidades sensibles las que conducen al conocimiento verdadero de la naturaleza. Los sentidos son subjetivos; la matemática es objetiva. En cambio, para Aristóteles:
… los seres matemáticos son menos sustancia que los cuerpos; […] no son anteriores en razón al ser mismo, a las cosas sensibles; […] sólo tienen una anterioridad lógica; y, finalmente, no pueden tener en ningún lugar una existencia separada. Y como, por otra parte, no pueden existir en los mismos objetos sensibles, es evidente, o que no existen absolutamente, o bien que tienen un modo particular de existencia, y por consiguiente que no tienen una existencia absoluta( Aristóteles, 2004, p. 279).

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