Un marco cualitativo
este »( p. 321, énfasis en el original). Adicionalmente, los investigadores que emplean grupos focales dentro de ambientes educativos deberían examinar: las interacciones sobre cómo los individuos se comunican entre sí, en qué momento los miembros del grupo focal modifican sus estilos de comunicación dependiendo de la audiencia, la conveniencia de participar en un grupo focal y la percepción de las respuestas correctas que se esperan de los integrantes. Por otra parte, de acuerdo con Myers( 1998), hay tres factores que influyen en la tenencia de la palabra entre los participantes: «( a) el moderador introduce los temas y los cierra, siguiendo un plan;( b) el moderador puede intervenir para controlar quien tiene el turno al habla; [ y ]( c) el moderador suscita y recibe las respuestas »( p. 87).
De esta manera, creemos que al examinar( a) el « cómo » y el « qué » de las interacciones de los participantes,( b) las interacciones entre el moderador y los miembros del grupo, y( c) las interacciones entre los participantes mismos, se producirá una mayor riqueza en los datos y, posteriormente, se realzará su sentido. Por lo tanto, nos unimos con Myers y Macnaghten( 1999) – quienes ya han utilizado análisis de la conversación con grupos focales –, al sostener que este es un método apropiado para el análisis de datos provenientes de grupos focales.
El análisis de la conversación es un subcampo de la lingüística, el cual tiene sus raíces en la fenomenología social, o lo que es más comúnmente conocido como etnometodología( Roger & Toro, 1989), y combina perspectivas tanto lógico-analíticas como dialéctico-hermenéuticas( Heritage, 1987; Markee, 2000; Mehan, 1978). Roger y Bull( 1989) definieron al análisis de la conversación como « el examen de los procedimientos utilizados en la producción de la conversación ordinaria »( p. 3). Del mismo modo, ten Have( 1999) lo define como « una explicación de las formas en las que los hablantes mantienen un orden en la interacción social »( p. 3).
Según Hopper, Koch y Mandelbaum( 1986), el análisis de la conversación se emplea para entender las estructuras de la acción de conversación y las prácticas personales al conversar. Por lo tanto, facilita más el análisis de los turnos al habla que el análisis de lo que se enuncia( Sacks, Schegloff et al, 1974.) y de los datos que cambian, adaptan o modifican las cuestiones( Heritage & Atkinson, 1984; Markee, 2000). El enfoque heurístico-inductivo que lo subyace permite al investigador incorporar la filosofía pragmática de la pregunta de investigación que guía el estudio.
Markee( 2000) conceptualizó cuatro supuestos subyacentes al análisis de la conversación:( a) la conversación tiene estructura;( b) la conversación es su propio
������������jul.-dic., 2011, Vol. 3, No. 2, 127-157 | 149