Paradigmas Vol. 3, No. 2 | Page 18

García & Belén

El arte se aprende

Resulta necesario realizar un breve recorrido histórico sobre la formación de los artistas. Al respecto, Sonia Vicente( 2006, p. 193) señala que los artistas se han formado de tres modos distintos:
El primer modo es el de la formación empírica. Esta modalidad predominó en la cultura occidental hasta el siglo xv. Durante esta etapa, el arte era una destreza o habilidad manual y el artista se formaba en un taller como aprendiz de un maestro. Su finalidad era, básicamente, lograr que el discípulo aprendiera el conocimiento de las reglas y lograra la habilidad necesaria para formar objetos de acuerdo con ellas.
A partir del Renacimiento, con los inicios del capitalismo y la incipiente burguesía, aparece la formación académica. La Academia, cuyo origen se vio favorecido por el surgimiento de las ciudades modernas, se desarrolló en los siglos xv y xvi como un ámbito de enseñanza informal que reaccionaba contra el carácter cerrado del mundo medieval, buscando romper con el modo de enseñanza impartido por los gremios, los cuales valoraban los aspectos técnicos en desmedro de la creatividad. En los siglos xvii y xviii, este nuevo espacio se convirtió en el marco institucional adecuado para el impulso de los cambios que requería la época.
En este contexto, el concepto de obra de arte y el rol del artista también se transformaron. El artista convertido en genio, produce obras cuasi divinas y el producto realizado pierde su función ligada a la ornamentación, al culto, a las necesidades cotidianas y sociales, y adquiere un valor estrictamente estético sustentado en el concepto de belleza y, consecuentemente, en la producción de sensaciones placenteras en el público contemplador.
A diferencia de las actuales universidades, las academias eran instituciones formadoras cuyos títulos no eran importantes porque la práctica profesional del artista no necesitaba legitimarse; este aprendía el uso correcto de las técnicas y para perfeccionar su oficio estudiaba anatomía, matemática, geometría y dibujo. Blunt( 1979) expresa que las mismas « trataron las artes como temas científicos, de los que era preciso enseñar tanto la teoría como la práctica, mientras que las corporaciones se contentaron con fijar y perpetuar una tradición técnica »( p. 73).
Sin embargo, poco a poco, la enseñanza académica fue convirtiéndose en un conjunto perceptivo de reglas estilísticas, acabando por limitar la libertad creativa de los artistas al imponerles formas de expresión convencionales. Fue así como lo

96 | ������������jul.-dic., 2011, Vol. 3, No. 2, �89-107