Paradigmas Vol. 3, No. 1 | Page 56

Steneck
Responsabilidad 1. Las universidades deberían investigar las denuncias de fraude en la investigación de manera rápida, justa y honesta.
Generalmente el fraude en investigación se define como un intento deliberado de fabricar datos, falsificarlos o plagiar el trabajo de otro. En principio, existe un acuerdo generalizado de no tolerar este tipo de prácticas. Sin embargo, en la práctica puede ser muy difícil descubrir, comprobar y juzgar el fraude en una investigación.
Las universidades tienen conflictos de interés inherentes en estos casos de fraude. Cualquier investigación que recibe financiación es revisada de antemano y administrada mientras está en curso por las mismas universidades. Éstas revisan el desempeño de los investigadores y los administradores de manera regular para definir ascensos y ajustes anuales de salario. Son, además, comunidades de individuos que se conocen personalmente, intercambian ideas y se benefician de reputaciones compartidas. Todos estos factores pueden hacer más difícil que se tomen en serio las denuncias de fraude y que éstas se investiguen de manera rápida, justa y honesta. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que las consecuencias de no hacerlo, en términos de pérdida de confianza y apoyo público, superan con creces el costo de una respuesta expedita, justa y honesta a las acusaciones.
Responsabilidad 2. Las universidades deberían investigar las denuncias de conductas éticas inapropiadas en investigación de manera rápida, justa y honesta.
Las conductas éticas inapropiadas son comportamientos que se desvían, de forma significativa, de la conducta adecuada o normativa e incluyen, por ejemplo: utilizar las ideas de otro( v. g., las de un estudiante) sin dar el crédito correspondiente; no mantener la confidencialidad de la información privada; sesgar una reseña en beneficio propio o en beneficio de otra persona; no compartir ideas de manera oportuna y otros comportamientos igualmente poco profesionales o poco éticos. Este tipo de conductas posiblemente no constituyen abiertamente un fraude en la investigación, pero sí puede estar muy por debajo de los altos estándares éticos que afirman fomentar la mayoría de los investigadores y, seguramente, la mayoría de las universidades.
Como en el caso del fraude, en principio es fácil comprometerse con altos estándares éticos; no obstante, en la práctica el fijarlos puede ser más difícil. Por ejemplo, ¿ en qué punto se vuelve intolerable una investigación realizada de manera

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