Ética de la responsabilidad
gran responsabilidad con el planeta. Otro filósofo, Hans Jonas, publica en 1979 El principio de responsabilidad: ensayo de una ética para una civilización tecnológica, donde apunta que el peso de la técnica y la ciencia es fundamental ya que « se ha [ n ] convertido en una amenaza »( 1995, p. 15) para todo el mundo humano y la naturaleza, hecho que ha llevado a una desacralización de la idea de la neutralidad valorativa. Jonas establece que la ciencia, como cualquier actividad humana, se encuentra impregnada por principios éticos y que debe relacionarse ineludiblemente con la responsabilidad humana como valor ético.
Durante la segunda mitad del siglo xx los científicos y los filósofos desarrollarán el concepto de ética de la responsabilidad en la ciencia.
Ética de la responsabilidad en el siglo XXI. Gilles Lipovesky y Edgar Morin
La transformación de la ética de la responsabilidad individual como lo era hasta 1945 en una ética de la responsabilidad social o responsabilidad planetaria tiene su expresión más acabada en el siglo xxi con Gilles Lipovesky y Edgard Morin, dos sociólogos y filósofos que, ante todo, son pensadores humanistas.
Gilles Lipovesky en su texto El crepúsculo del deber: la ética indolora de los nuevos tiempos democráticos( publicado en 1992 en francés) desarrolla el sentido del concepto ética de la responsabilidad social, siguiendo los avances del pensamiento logrado hasta entonces.
El autor formula una ética indolora o ambigua para los tiempos presentes, en la que se interrelaciona un mundo que exalta ante todo la realización individualista que sacrifica principios éticos y, a la vez, conlleva el renacimiento de la preocupación por una ética de la responsabilidad; así, ¿ cómo explicar lo contradictorio de la ética en el mundo contemporáneo?
Ello tiene que ver con el tipo de sociedad actual donde predomina el individualismo; una sociedad que se ha librado de los constreñimientos de las grandes estructuras socializadoras que impedían la emancipación del sujeto: la disminución del peso social del Estado, las grandes ideologías dejan de ser vehículos de proyectos históricos, las creencias utópicas se desacreditan, se genera una
Paradigmas, ene.-jun., 2011, Vol. 3, No. 1, 33-48 | 43