Covarrubias Villa, Cruz Navarro & Chacón Ángel
cuenta que los problemas que la ciencia se plantea son problemas filosóficos, no cabe duda que la presencia de referentes filosóficos en los bloques de pensamiento de los científicos implica su activación en la construcción de teorías y en la práctica investigativa en general, sin que ello implique la consciencia de tal participación y aunque jamás el científico concreto haya leído nada sobre un filósofo en particular. La vida cotidiana está repleta de alusiones filosóficas transmitidas e incorporadas a las conciencias sin que quien las recibe esté consciente de lo que está sucediendo.
La teoría atómica de Leucipo combina la idea parmenidiana del carácter imperecedero e increado del ente, la de existencia múltiple y mutable, y la del vacío en el que los átomos se mueven( Herbig, 1991, pp. 222, 292-295). La idea del vacío newtoniano se construye recuperando los planteamientos de Leucipo y Demócrito, para quienes el vacío es la zona en la que los átomos se desplazan libremente, pues el vacío no está dentro del átomo sino fuera de él en las partículas que, por agregación de átomos, se constituyen; los átomos se mueven en el vacío y chocan entre ellos o se aglutinan pero sin perder nunca su individualidad( Brun, 2002, pp. 131-135; Herbig, 1991, p. 295). En esta concepción, los átomos y el vacío son lo único real, son la cosa, la substancia y no sus propiedades( color, olor, sabor), las cuales son percibidas por medio de los sentidos.
Es frecuente el enfrentamiento entre teorías poseedoras de diferentes racionalidades por conceptos o categorías mal comprendidas. Pero, sucede más frecuentemente entre categorías epistémicas a las que se les interpreta con contenidos propios de categorías ónticas que las coloca muy cerca de los conceptos. Una categoría o un concepto pueden no existir en un constructo teórico, por no pertenecer a su racionalidad, es decir, por no ser parte de su andamiaje categórico-conceptual y, sin embargo, ser víctima de la embestida desde una racionalidad ajena a la suya. Por ejemplo: el concepto de « espacio vacío » puede significar en una teoría « ausencia absoluta » mientras que en otra « contenido imperceptible ». Puede usarse el mismo vocablo en dos teorías y suponer que se están refiriendo a lo mismo cuando, en realidad, se está hablando de ontologías completamente distintas. A esto se debe lo planteado por Koyré cuando dice que:
Descartes no se contenta con afirmar, como Giordano Bruno y Kepler, que realmente en el mundo no hay espacio vacío y que el espacio del mundo está lleno por todas partes de « éter ». Va mucho más lejos y niega que exista en absoluto algo así como el « espacio », una entidad distinta de la « materia » que lo « llena ». La materia y el espacio son idénticos y sólo se pueden
22 | Paradigmas, ene.-jun., 2011, Vol. 3, No. 1, 9-29