Paradigmas Vol. 3, No. 1 | Page 20

Covarrubias Villa, Cruz Navarro & Chacón Ángel
Existe en Galileo un convencimiento sobre que las leyes de la naturaleza tienen un núcleo matemático y de que las cualidades no son propiedades objetivas de las cosas sino construcciones de nuestros sentidos, por lo que los colores desaparecen junto con los olores, los sabores y las texturas. En su lugar encontramos un mundo real fantasmal integrado por números y figuras geométricas en el que, efectivamente, la blancura o la suavidad no pueden ser ni medidas ni contadas.
Pero, trátese del conocimiento basado en los sentidos o del conocimiento matemático de lo real, los materiales con los que la razón construye conocimiento no son los objetos, los fenómenos o los procesos reales, sino las figuras de pensamiento construidas por la razón, pudiendo ser los objetos reales su fuente de inspiración. La célula a la que conceptualmente se refiere una teoría, no es la célula de este árbol o de aquél animal; es cualquiera de ellas; es todas las células existentes actualmente, las que existieron en el pasado y las que existan en el futuro. Todas están allí, en el concepto y, sin embargo, el concepto de célula no es ninguna célula concreta realmente existente. Lo mismo se puede decir de cualquier concepto como átomo, molécula, montaña, pez o vegetal.
Pero, el asunto se complica cuando se abstrae una cualidad de lo real y se la convierte en categoría. Por ejemplo, un gato es blanco, una paloma es blanca, una nube es blanca. El gato, la paloma y la nube son conceptos, es decir, son contenidos universales de lo concreto y, por tanto, se puede hacer referencia a ellos aludiendo a seres realmente existentes, sin importar que haya gatos negros o pardos y nubes y palomas que no sean blancas. Pero, ¿ blancura? No existe ser alguno que sea « blancura », « negrura », « finitud », « circularidad » o « triangularidad », del mismo modo que tampoco existe ser alguno que se llame « masa », « aceleración », « energía » o « velocidad ». Lo que existen son objetos que poseen una « masa » y que pueden desplazarse a una « velocidad » determinada, etcétera. Éstas son categorías, es decir, herramientas construidas por la razón que establecen la racionalidad de la teoría y que son atribuidas por Nicolás de Cusa( 2008) a la matematización de lo real, afirmando que « de la capacidad de la multiplicidad resultan las cantidades, las cualidades y las demás categorías que proporcionan el conocimiento de las cosas. Cómo ello acontezca, a duras penas se sabe »( p. 90).
Independientemente de si la matemática alude o no a objetos reales, es decir, se trate de un despliegue racional formal o del procesamiento de datos cuantitativos supuestamente tomados de objetos reales, los contenidos están determinados

18 | Paradigmas, ene.-jun., 2011, Vol. 3, No. 1, 9-29