David Acosta
y, luego, basado en dichos resultados, generar un artefacto que dé cuenta de éste o que lo tenga en consideración. Desde luego en este caso se necesitaría un artista-investigador que tenga la capacidad para enfrentarse a un problema de tal calibre, pero también se podría pensar en una investigación interdisciplinaria que pueda dar cuenta de éste.
Sin embargo, lo que sí debemos hacer es aclarar el manejo que se le darán a las características básicas de la investigación y que, por demás, implican las objeciones más grandes que comúnmente se esgrimen en contra de la investigación artística:
1. Objetividad
La subjetividad del artefacto, tanto en su construcción como en su interpretación, parecería ir en contra de la validación y de su verificación dentro de una investigación en arte. Pero, desde mi punto de vista( por demás ajeno), no hay tal. La objetividad que se debería verificar en una investigación artística es el proceso investigativo y no el artefacto. El artefacto( por lo menos en cine y en diseño) tiene sus propias reglas de validación( estética) y, por lo tanto, es intocable para una validación y verificación‘ científica’. Dicho de otra forma, si está bien o mal logrado desde un punto de vista estético-artístico, esto no le corresponde decidirlo a la evaluación de la investigación.
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Por otra parte, la subjetividad del mismo investigador, como cada vez es más aceptado, es un factor que simplemente no se puede evitar. Incluso en la investigación cuantitativa a ultranza, todos y cada uno de los investigadores tienen una serie de características( edad, condición social, prejuicios, historia, etc.) que impregnan y alteran los resultados de sus investigaciones. Así, investigadores( si bien principalmente cualitativos)
Paradigmas, [ número especial ], 48-72( 2009)