Paradigmas Número monográfico: arte e investigación | Page 20

Pedro Morales
procesos un tanto irracionales, de ideas que emergen en la mente del creador y no tienen explicación alguna desde la lógica. Hay excelentes creadores que carecen de aptitudes para la docencia y para la investigación del arte. Hay excelentes docentes que son, ante todo, eso: grandes maestros, pero no tan buenos artistas o investigadores. Hay grandes investigadores o científicos del arte, de formación más bien teórica, a quienes no se les puede pedir que sean artistas, aunque tengan la más exquisita sensibilidad para comprender una obra de arte y, en virtud de ello, igualmente tengan cierto desempeño como docentes.
Investigar en arte supone, como en cualquier otra rama del saber, crear nuevos conocimientos, usando métodos y técnicas más afines a la ciencia que a la vida cotidiana. Ciencia y arte son formas que adopta la conciencia social, lo mismo que la religión y la política, entre otras, cada una con sus enfoques propios para ver la realidad y explicar los procesos que tienen lugar en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. El trabajo científico tanto como el artístico( creación, docencia o investigación) reclaman tesón y entrega, esfuerzos supremos en aras de generar aportes de valor.

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La teoría exige dedicación y compromiso, disciplina y vocación; cualifica la observación con el esfuerzo y el cuidado, descifra lo permanente en el cambio y reconoce vínculos invisibles entre las cosas. El arte, por su parte, impone un recogimiento similar; aunque en el tipo de atención respetuosa que despierta se experimente la fascinación de modo más intenso en la sensibilidad que en la reflexión sistemática. La teoría permite observar detenidamente, a través de un acumulado histórico, y remite la multiplicidad de la experiencia a la unidad de la explicación. El arte convoca la totalidad de la experiencia, la idea y la emoción y su universalidad no se instala
Paradigmas, [ número especial ], 11-29,( 2009)