Mapa de las ciudades escocesas Inerveness, Aberdeen y Culloden.
como la de Perth, que había sido el centro logístico jacobita hasta que se fueron a Inverness. Mientras, los jacobitas, mediante ataques rápidos, van conquistando los puestos británicos de la zona del Grand Glenn, zona del Lago Ness; incluso conquistan el Fort Augustus, pero el Fort William es imposible, es mucho más difícil; fueron incapaces de capturarlo. Aún así, tenían el poder completo de esta zona del Grand Glenn, que les habría dado cierta tranquilidad.
El duque de Cumberland se dirige a la ciudad de Aberdeen y reorganiza y entrena a sus tropas( entrenamiento contra escoceses) de una manera peculiar: los escoceses hacen cargas brutales para romper la línea británica. Así, se dan cuenta de que cuando los escoceses cargan con la espada y el escudo, se protegen con el escudo, y si les atacaban con bayonetas, las desviaban con éste y, después, les clavaban la espada. Lo que hace Cumberland es entrenar a sus soldados para que ataquen al escocés que tienen justo a la derecha en vez de al que les viene de frente. Esta es la manera que el duque pensó que podría frenar una de las cargas de los Highlanders. Más tarde, Cumberland recibe varios regimientos aliados al mando del príncipe Federico y comienzan a entrar en territorio jacobita. Carlos reúne a los clanes.
El 14 de abril de 1746, los jacobitas, al son de las gaitas, van al encuentro de Cumberland.
22 OUTLANDER MAGAZINE
BATALLA DE CULLODEN
El campo de batalla de Culloden es una zona de páramos al sur de la ciudad de Inverness. Los jacobitas en un principio sopesan un ataque nocturno( tal y como vimos en el penúltimo capítulo de la segunda temporada), pensando que así harían muchas bajas en el ejército inglés al no darles tiempo a organizarse; pues además del ataque sorpresa, contaban con un factor a favor: Cumberland estaba celebrando su vigésimo quinto cumpleaños; pero el ejército escocés no era un ejército organizado: a la hora de moverse de noche fueron incapaces, muchos se perdieron y se tuvo que suspender la operación. Al día siguiente, el ejército estaba exhausto por estar toda la noche marchando. De esta manera, se hace un consejo de guerra con Carlos. Culloden es un campo muy llano sin cultivo, perfecto para los grandes movimientos de ejércitos, y eso no le convenía nada a los jacobitas; pero Carlos se creía invendible, por lo que el 16 de abril, Cumberland descubre a sus tropas en el páramo de Culloden, y los jacobitas hacen lo mismo.
Los jacobitas contaban con cinco mil hombres, siendo los ingleses ocho mil. Murray, uno de los más fieles generales del Joven Pretendiente, el cual ya había advertido a Carlos de la mala idea que era combatir en Culloden, pide hacer un reconocimiento previo del terreno y la situación para saber que la disposición del ejército era la correcta; pero Carlos no le hizo caso, tenía fe ciega en que ganaría la batalla. Carlos se dejó influir por O’ Sullivan, otro de sus generales, más optimista que Murray.
Empieza la batalla cuando un explorador inglés, al ir a reconocer la línea jacobita, empieza a recibir cañonazos por parte de la artillería escocesa.
De esta manera, el príncipe Carlos organizó su ejército: las tropas de los refuerzos franceses en el centro, las tropas de Perth a la izquierda y las de Murray a la derecha.
Con esta disposición los clanes no estaban de acuerdo, pues el clan MacDonald quería estar en el flanco derecho, pues éste era siempre su sitio, no el izquierdo. Por otro lado, el ejército inglés se dispuso en tres líneas de combate, algo que tendría una gran repercusión más adelante.
El páramo de Culloden era muy liso y tenía una peculiaridad: una serie de cercas para el cultivo y el ganado a los lados. En el flanco derecho había dos. Al principio no le dieron importancia porque pensaban que eran infranqueables porque eran muros; pero Murray pensaba que se podían saltar o que tendrían puertas para pasar, razón de peso para revisar el campo de batalla antes de la misma.
Empieza la batalla cuando un explorador inglés, que habían mandado a reconocer la línea jacobita, empieza a recibir cañonazos por parte de la artillería escocesa. Después de esto, la artillería jacobita empieza a disparar a la segunda línea británica para intentar acabar con Cumberland directamente; y están cerca, llegando a matar a dos hombres que estaban justo delante de él. Los británicos, por su parte, hacen lo mismo y empiezan a disparar a Carlos, consiguiendo abatir a varios escoltas suyos. La artillería escocesa se queda sin munición, pues las líneas de suministro desde Inverness estaban fatal; pero los ingleses ienen aún mucha munición para gastar.
De esta manera, nos encontramos con una situación en la que los escoceses tenían todas las de perder: estaban cansados de la marcha de la noche anterior, muchos llevaban sin comer varios días, el campo de batalla les desfavorecía, estaban en inferioridad numérica, las armas británicas eran mejores y ahora apenas tenían munición. Además, durante toda la batalla iban llegando rezagados escoceses de la noche anterior y otros desde Inverness; a pesar de ello, aún quedaban alrededor de 1500 jacobitas que estaban en las granjas cercanas descansando.
Los británicos empiezan a disparar con los diez cañones de tres libras que tenían, y empieza a caer rápidamente toda la línea escocesa. Los escoceses estaban al límite, y no recibían ninguna orden de Carlos, que estaba esperando a ver si la línea inglesa avanzaba para que la distancia a recorrer por los escoceses para la carga fuese menor; pero los ingleses no iban a moverse. O’ Sullivan no ve más remedio que dar él mismo la orden de ataque. Por si no era suficiente la completa desventaja de los jacobitas, la línea escocesa estaba mal colocada, el flanco derecho más adelantado que el izquierdo, por lo que llega más tarde la orden al izquierdo, que además no quiere obedecer por el enfado que tenían los
Dibujo explicatorio sobre la colocación de ambos ejércitos sobre el páramo de Culloden