estaba inundada a causa de la tormenta que había acontecido durante toda la batalla; provocando que hubiera zonas en las que les llegaba el agua por la cintura, quedando totalmente paralizados, y los ingleses los masacraron.
Dibujo explicatorio sobre la ofensiva que realizó el ejército jacobita contra el ejército inglés en el páramo de Culloden.
MacDonald; sólo avanzan unos pasos para provocar a los ingleses y que ellos atacasen.
Clanes como los Macintosh, los Cameron, los Maclachlan y los Atholl se lanzan a la carga; era más por pura desesperación por salir de ese infierno que por conseguir ninguna victoria imposible.
El duque de Cumberland había sido previsor, y había mandado a los soldados de Argyle a desmontar unos cercados de piedra en los flancos del páramo de Culloden; y detrás de ellos, escondidos, se encontraban los Dragones de la caballería británica.
Cuando se acercan al ejército inglés, éstos cambian la munición maciza que estaban empleando por cargas de metralla. Los agujeros que hicieron en las líneas escocesas fueron terroríficos. El campo de Culloden era un campo muy irregular, factor que desencadenó en enredos de soldados, como por ejemplo los Macintosh, que estaban en el lado derecho, en la zona de Murray, y por las características del campo de Culloden, empiezan a apretujarse hacia la derecha, girándose, refugiándose del fuego británico; se hacen una piña y muchos de ellos tienen que tirar los fusiles y las pistolas, pues quedan cercados por sus propios compañeros jacobitas y, naturalmente, no van a abrir fuego teniendo jacobitas delante que puedan herir; por lo que ya están perdiendo, además, línea de fuego.
Aún así, la primera línea dispara su fusil, su pistola, y cuando cargan ya con espada y escudo en mano contra la primera línea británica, les espera una sorpresa más: recordemos los cercados que teníamos en el campo de Culloden que hemos mencionado anteriormente; los hombres de Carlos se pensaban que eran infranqueables, pero los ingleses no se habían estado quietos, pues Cumberland había enviado regimientos de sus hombres para hacer una especie de L detrás de los cercados y cuando el flanco derecho llega contra la línea inglesa de frente, se encuentra con el regimiento del flanco derecho inglés, que les vuelve a hacer pedazos, pues reciben fuego de frente y de lado.
Aún así, setecientos hombres consiguen romper la primera línea inglesa a golpe de espada. Destrozan al regimiento británico que había allí, pero Cumberland había previsto esto, y había dispuesto su ejército en tres líneas, como hemos comentado anteriormente. Rápido cubren el hueco que habían logrado abrir los escoceses en la primera línea y ordena a la segunda línea cargar la bayoneta y utilizar la táctica que había entrenado tanto con ellos; por lo que, los escoceses se encuentran con disparos por detrás y cargas con la bayoneta por delante. Esto frenó en seco la carga de los Highlanders y los dejó hechos pedazos. Algunos clanes, como el de Cameron, tuvieron bajas tremendas; incluso algunos, ya desesperados, llegaron a coger piedras del suelo y tirárselas a los británicos. Hay que destacar que Murray estuvo sublime luchando a caballo, incluso llegó a bajar de su caballo para luchar contra las líneas británicas y volvió a pie a su línea.
Por otro lado, en el flanco izquierdo y en el centro ocurrió lo mismo; pero, además, tuvieron la fortuna en contra, pues hay ejemplos de que ciento cincuenta de los doscientos hombres que tenía el clan Maclean murieron en la carga. La mayoría murió por los fusiles británicos. El clan de los MacDonald tuvo la mala suerte de que, cuando decidió atacar en serio al ejército inglés, después de estar provocando, la zona del páramo en la que se
El duque de Cumberland había sido previsor, y había mandado a los soldados de Argyle a desmontar unos cercados de piedra en los flancos del páramo de Culloden; y detrás de ellos, escondidos, se encontraban los Dragones de la caballería británica; entonces, una vez que la milicia de Argyle había desmontado las vallas, la caballería flanqueó al ejército escocés, y cuando se estaba retirando el flanco derecho, apareció la caballería de los Dragones; y ya fue el fin. Aguantaron como pudieron la emboscada por detrás de la caballería inglesa con ayuda de los irlandeses enviados por Francia, que cargaron bayonetas y lograron frenar a la caballería inglesa y a los ingleses que avanzaban detrás de los escoceses, y dieron tiempo a que, por lo menos, se retirasen; muy pocos pudieron salvarse de la masacre. En este momento, Carlos ve que su ejército está totalmente abatido y huye; disolviéndose el ejército jacobita.
El valance final de la batalla fue, por el lado británico, de cincuenta muertos y doscientos cincuenta heridos, mientras que del bando jacobita dos mil de ellos fueron bajas, doscientos veinte franceses y trescientos treinta jacobitas de Inverness prisioneros, que fueron ajusticiados y ahorcados o fusilados. Incluso, hubo casos de escoceses que estuvieron en el campo de batalla durante dos días, heridos, y los ingleses volvieron para rematarles; tal como vemos en el comienzo de la tercera temporada.
Toda esta purga vino por deseo de Cumberland, como ya veremos más adelante, cuando lleguemos en la línea temporal a 1746 de nuevo. Por el momento, pocos pudieron salvarse, gestándose el grado de odio último hacia Inglaterra.
OUTLANDER MAGAZINE 23