Outlander Magazine Número 8 (mayo 2018) | Page 16

encuentra más activa son diciembre y enero, en los cuales provoca mucho más frío y las nevadas más intensas. A partir de febrero, lentamente, pierde sus poderes y va cediendo el testigo a Bride( o Brigid), la doncella de la primavera, antes de convertirse en piedra a la espera de su próximo reinado.
Según la tradición de Escocia, en Imbolc( festividad celta del despertar de la naturaleza, que se celebra el primer día de febrero), Cailleach emerge brevemente de su“ sueño rocoso” para recoger leña. Cuenta la leyenda que, si tiene intención de hacer que el invierno dure algunas semanas más, se asegurará que en Imbolc haga buen tiempo, soleado y seco, de forma que pueda recoger mucha leña para calentarse durante unos cuantos fríos meses más. Como resultado, el pueblo suele estar aliviado si el día de Imbolc amanece frío y desapacible; significa que Cailleach sigue dormida, se quedará pronto sin leña y, por lo tanto, el invierno terminará antes.
Antiguamente, era representada como una vieja de aspecto feroz, en ocasiones de piel azulada, con un solo ojo en el centro de la frente, colmillos y vestida con una pesada capa gris. Con el tiempo, la apariencia de Cailleach cambió para convertirse simplemente en una anciana sin más, con su pelo blanco, sus profundas arrugas y la apariencia encorvada de quien necesita el apoyo de su cayado para desplazarse, arrebujada en su capa de tartán escocés, siempre de color gris. Según las diferentes tradiciones, lo mismo es una amable y bondadosa abuelita que una seria y poderosa hechicera.
El folclore también señala a Cailleach como la Madre de Todo, el espíritu guardián de muchos animales salvajes, como ciervos, jabalíes, lobos y osos, a los que protege ante los cazadores y el frío del invierno. Además es la encargada de custodiar manantiales, arroyos y fuentes. Cuenta la leyenda que cada noche tapaba el manantial que mana en el monte Ben Cruachan con una gran roca, para evitar que sus aguas dañasen el valle que se encontraba más abajo. Una noche de verano, Cailleach se quedó dormida y no cerró el manantial, que se desbordó y con sus aguas anegó todo el valle, matando a todos sus habitantes y el ganado. El valle se convirtió en Loch Awe y Cailleach se sintió tan culpable por su error que, muy apenada, se convirtió en roca allí mismo, sumiendo al mundo en un repentino y cruento invierno que duró varios años.
La presencia de la hechicera azul, madre de las montañas, señora sin edad de los lugares oscuros, simboliza el equilibrio, los ciclos, el renacimiento, la superación, la trascendencia, la sabiduría, la protección, el tiempo que nunca se detiene y el invierno. Su papel principal es el de facilitar la transición en épocas adversas. Es concebida como la personificación de los poderes elementales de la naturaleza. Por tanto, se conecta con los ríos, lagos, pozos, pantanos, el mar y las tormentas; con rocas, montañas, templos y monumentos megalíticos, y con todos los animales. También predice el clima, protege a los druidas y se puede transformar en ave para salvar grandes distancias.
Los elementos que caracterizan a esta deidad oscura son la nieve, los objetos azules, las montañas y rocas y, según algunas tradiciones, se menciona al gato como símbolo de la Cailleach. Otra creencia de los celtas sobre esta diosa es que“ nace” vieja a comienzos del invierno y luego va rejuveneciendo a medida que avanza la estación del“ pequeño sol” hacia el verano. La Reina del Invierno, título que le adjudicaban en Escocia, acecha a guerreros y heroicos hombres en los bosques, pidiéndoles matrimonio, bajo su forma de hermosa mujer joven. Cuando su marido muere, repite la misma operación hasta conseguir otro. Tiene al menos cincuenta hijos, entre los cuales se cuentan pueblos y razas enteros. Pero la inmortal Cailleach, la divinidad sin edad conocida, se renueva y renace en un ciclo infinito, igual que la misma naturaleza. Es más vieja que el más viejo de todos los seres vivos.
Con el tiempo, se la ha integrado como el aspecto de anciana en la) O( Triple Diosa celta( la doncella, la madre y la anciana), que también simboliza el ciclo vital-juventud, madurez y vejez-.
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