Como Bheur, o la Reina del Invierno de la mitología escocesa,
o el aspecto anciano de la Triple Diosa, o cualquiera de sus mu-
chas apariencias, Cailleach sigue gobernando la estación oscura
más allá de febrero e incluso marzo. Las celebraciones de Imbolc,
la festividad del despertar de la naturaleza a principios de febrero,
marcan la promesa del fin del invierno. Pero la poderosa Cai-
lleach aparece una vez más, dando un último zarpazo con sus
largos y helados dedos, y nos recuerda que su reinado todavía
no ha terminado, enviándonos de vuelta a “hibernar” un poco más
en la oscuridad. Los humanos nos emocionamos mucho con la
sensación de primavera y la promesa que nos brinda de un nuevo
renacer en Imbolc, pero descubrimos con pena que el invernal
viaje todavía no ha llegado a su fin…
Soy Cailleach
Diosa del Invierno
Madre de las Montañas
Dama eterna de los Lugares Oscuros
Ancestral Bruja de la Sabiduría
El Invierno trae la Primavera
Y en la Muerte
Me renuevo infinitamente
Independientemente del origen en el que se basen las leyen-
das de Cailleach, está claro que su poder y su memoria son tan
inmortales como ella misma. Los pueblos mantienen vivos su re-
cuerdo y sus tradiciones.
Antaño, una vez que las cosechas se habían recogido, se de-
jaba siempre algo en los campos como ofrenda a Cailleach; y con
el último haz de maíz, se trenzaba una figura, también llamada
cailleach, en honor a la diosa. Esta figura se colocaba en un lugar
público de la aldea, o en el sitio de honor de la casa o granja, y
se le veneraba y pedía protección frente a las inclemencias in-
vernales, para asegurar la prosperidad de la comunidad y una
fructífera cosecha en el año venidero.
El reinado de Cailleach es el invierno, el “pequeño sol”, el
tiempo de la tierra en inactividad, de retiro, de reflexión interior y
sanación… Cailleach era el espíritu original de Samhain, como
ser inmortal que renacía cada año, se renovaba y empezaba un
nuevo ciclo vital.
OUTLANDER MAGAZINE 17