Odisea Cristiana Noviembre 2016 | Page 9

que las señales indican a lo que significan, a las cosas en sí mismas. Encontramos que en la Biblia las señales que Dios le dio primero a Israel todas señalaban a algo más grande que vendría, a menudo al carácter invisible de Dios o a sus acciones futuras. La palabra del Señor viene a Israel: “Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo” (Levítico 26:12). “Yo soy el Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto” (Éxodo 20:2). Muchos teólogos a lo largo de los siglos han reconocido un patrón. Las señales que Dios son a menudo promesas. Y es indicado lo que es prometido. A Israel se le dio la promesa de una tierra. La promesa no era la tierra, pero señalaba hacia ella y anticipaba su cumplimiento, cuando Israel entraría en la Tierra Prometida. La señal fue la promesa; entrar en la Tierra Prometida fue el cumplimiento. Más aún, muchos maestros cristianos han reconocido una y otra vez que las señales dadas en el Antiguo Testamento, o bajo el antiguo pacto, se cumplieron en Jesucristo. De hecho, el mismo Jesús fue el cumplimiento de la señal del Mesías prometido, el cumplimiento de la promesa de Dios de liberación, de salvación. ¿Cómo se aplica esto a la señal eternal del sábado? Jesús mismo nos ayudó a contestar. Algunos de los maestros del judaísmo de su tiempo acusaron a Jesús de violar el sábado. ¿Cómo les contestó él? Les dijo: “Bueno, ustedes tienen su interpretación de esta señal, y yo tengo la mía. Las personas tendrán que elegir entre ambas según lo consideren correcto”. No, eso no es lo que les dijo. Odisea Cristiana | Noviembre 2016 Algunos han pensado que particularmente la señal del descanso del sábado, dado a Israel, era tan importante que nosotros estamos hoy bajo la misma obligación. Al contrario, señaló que él era el Señor del sábado (Marcos 2:28; Mateo 12:8; Lucas 6:5). Él creó el sábado. Él estaba allí para mostrarles de que trataba el sábado verdaderamente. Él es la fuente de nuestro descanso sabático. De hecho, se muestra que Jesús mismo cumple la promesa del descanso sabático (Hebreos 4:1-11). Él es nuestro descanso sabático ya que estamos unidos a nuestro Gran y Eterno Sumo Sacerdote. La señal del sábado señalaba a su cumplimiento en Jesús. Él es “lo” que significaba. Todo el Evangelio de Juan está dedicado a ayudarnos a ver la diferencia radical entre las señales que Dios dio, y la realidad a la que señalaban: Jesús mismo. Juan el Bautista es la señal, no el prometido mismo. Así que él debe “decrecer” y Jesús debe “crecer” en importancia. Jesús no solo nos dice la verdad, nos muestra el camino o nos da vida. Si no que él es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es la luz del mundo, es el pan de vida, es el agua de vida, es la resurrección. Él es “Yo Soy”. Todas las señales dadas por Dios tenían el propósito de llevarnos al Hijo de Dios encarnado. Él es, en su propia persona, el cumplimiento de las promesas de Dios. Jesús es al mismo tiempo el Dador y el 9