sueño cada noche. Cuando lo dejamos de hacer, obviamente, se
traduce en fatiga y, en consecuencia, el fracaso en otras áreas
de nuestras vidas.
¿Qué tiene esto que ver con la
formación espiritual cristiana? La
persona humana no es solamente
un alma alojada en un cuerpo.
Nuestros cuerpos y almas están
unificados. Si nuestros cuerpos
sufren, también lo hacen nuestras almas. No podemos descuidar el cuerpo al buscar el crecimiento espiritual. De hecho, descuidar nuestros cuerpos necesariamente impide nuestro crecimiento espiritual.
La disciplina
del sueño
Por lo menos un día de esta semana, duerma hasta que no
pueda dormir más. Si es necesario, escoja un día en el que
pueda dormir. Su objetivo es dormir o permanecer en la cama,
hasta que finalmente pueda decir: estoy completamente descansado. No necesito permanecer en la cama ni un minuto más.
Puede que tenga que solicitar la ayuda de otras personas si
tiene familiares que necesitan su atención.
Los siguientes son algunos consejos para ayudarle a conciliar el
sueño:
1.
Ir a dormir a la misma hora cada noche.
2.
Trate de no participar en actividades que aumentan el estrés, tales como ver la televisión o pasar tiempo en la
computadora justo antes de acostarse.
3.
Si se ve afectado por la cafeína, evite tomarla por la noche.
4.
No se obligue a conciliar el sueño. Si usted no se siente
somnoliento, lea un libro, medite un salmo, escuche música suave, o siéntese a mirar por la ventana hasta que
sienta soñoliento. Hasta que su cuerpo esté listo para dormir, dar vueltas en la cama no le va a funcionar.
5.
Si se despierta en medio de la noche, y no tiene que levantarse, permanezca en la cama. Dele a su cuerpo la oportunidad de volver a dormir.
Odisea Cristiana | Noviembre 2016
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